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tinta fresca

Buscando a Nora Roy

Lorena Franco teje un “thriller” con muchos secretos, muertes, un amor inesperado y desapariciones

Cultura - Libros

Nada bueno nace de una mentira. Bajo esta premisa, Lorena Franco acompaña su novela “Todos buscan a Nora Roy” a Eva, “una joven tanatopractora, profesión que, personalmente, siempre me ha atraído pero que no sería capaz de ejercer, en una trama donde es importante conocer el pasado para saber hacia dónde hay que mirar en el presente, aunque eso los personajes no lo sepan al principio, error que les puede costar muy caro”.

Franco (Barcelona, 1983) quiso escribir el thriller “que yo devoraría en menos de veinticuatro horas. Para conseguirlo, tuve en cuenta muchos factores, como el de dejar con la miel en los labios al final de cada capítulo, urdir una trama obsesiva que generara adicción y crear personajes imperfectos con los que pudieran sentirse identificados en algunos aspectos de sus vidas, pero si alguien me inspiró fue el gran Alfred Hitchcock y su excepcional frase: ‘Imagínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe. Eso es el suspense’. Y es que, durante la búsqueda de Nora Roy, la supuesta asesina del psiquiatra Gabriel Herranz y la enfermera Ana Torrents en el centro psiquiátrico Vera de la Cruz donde estaba interna, los lectores, igual que los espectadores de Hitchcock, irán un paso por delante de las pesquisas de nuestros protagonistas”.

Serán los lectores los únicos que sabrán dónde está Nora, “aunque también haya espacio para las buenas dosis de misterio que todo thriller debe tener. Podrán especular, adivinar, anticiparse y, aun así, siempre habrá algo que les sorprenda e impacte. El hecho de hacerse preguntas continuamente es algo que tenía claro que tenía que conseguir”.

“Todos buscan a Nora Roy” está desarrollada por su autora para que “capítulo a capítulo, la trama suscite curiosidad, así como la sensación de estar alerta para no perderte ni un detalle. Los detalles siempre son importantes, no hay que subestimarlos. De hecho, su sinopsis fue mi idea principal, el flash, como yo le llamo, que surgió de improviso en pleno confinamiento e inspiró el comienzo de una trama intensa e inesperada: dos compañeras de piso. Una madrugada de sábado, una de ellas trae a un hombre al que ha visto un par de veces a casa. Al día siguiente, el tipo no está, la compañera ha desaparecido, y su habitación está salpicada de sangre. De locos, ¿verdad?”

Una petición de la autora de la trilogía “La viajera del tiempo”: “No dejéis de buscar a Nora Roy. Puede que Nora no sea el peligro. O puede que sí”. Así arranca la historia: “En el momento en que descubrí la sangre de mi compañera de piso salpicada en la pared y en el cabezal de la cama como si le hubieran volado los sesos, me prometí que nada de lo que hubiera ocurrido en esa habitación influiría en mi vida”.

Todos buscan a Nora Roy

Lorena Franco

Planeta, 384 páginas, 18,90 euros

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