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La última lección de Raymond Aron

El pensador francés siendo un poderoso estímulo intelectual y despierta un interés creciente

Cultura - Libros

El escritor político francés más destacado del siglo XX iba a celebrar el centenario del nacimiento de Ortega y Gasset en Madrid, en mayo de 1983, con una conferencia que finalmente se suspendió cuando ya la tenía escrita. Hubiera sido su última disertación en público, puesto que pocos meses después falleció a consecuencia de un ataque al corazón que sufrió en plena calle. El texto fue publicado posteriormente, primero en su país y en 1988 en el suplemento literario del “ABC”, en dos entregas, con el título “Una lectura crítica de ‘La rebelión de las masas’”. La gran obra del filósofo madrileño era de lo poco que conocía del pensamiento español. La había leído en 1932 en alemán. Resulta, por tanto, que es este discurso pronunciado un mes antes en el College de Francia, inédito hasta ahora en España, y no aquel frustrado acto, el que supuso a la postre su despedida del foro público.

En 1993, recién caído el muro de Berlín, Giovanni Sartori se preguntaba si, aún viviendo libres, “somos verdaderamente libres de pensar libremente”, a lo que respondió categóricamente “no, todavía no, la verdad de derechas y la verdad de izquierdas siguen acompañándonos”. Citaba a Raymond Aron entre otros célebres sociólogos que habían sido tachados de lacayos del “status quo” por tratar de emancipar al pensamiento de la ideología. Y lo cierto es que todos los intentos de encasillarlo han fracasado. Fue socialista en su juventud y un liberal realista y escéptico en su edad madura. Se opuso frontalmente a los regímenes comunistas y criticó el marxismo, el de Marx, al que estudió a fondo, y el de los marxistas, pero con la misma independencia rechazó por utópico a Hayek y el neoliberalismo. La izquierda lo etiquetó demasiado rápido de derechista y los conservadores no ocultaron su s recelos hacia él.

Aquel hombre “bajito, narigón y de orejas grandes” que retrató Vargas Llosa fue un liberal de corte inglés en tierra extraña, Francia, donde arrasaban en su época las corrientes de pensamiento dogmáticas de la izquierda. Tampoco se mostró satisfecho con los planteamientos del liberalismo negativo. Los consideraba cortos de miras. Le parecía que manejaban un concepto de libertad abstracto en exceso. A partir de un estudio de las libertades concretas que se disfrutaban en las democracias liberales, abrió paso hacia la formulación de un liberalismo complejo y problemático, sin esquivar la cuestión de la desigualdad, verdaderamente ignorada hasta entonces por las tendencias ideológicas afines, que, no obstante, en esta intervención aborda todavía con bastante timidez. En los párrafos finales advierte de la crisis moral que padecen las democracias, provocada por la tendencia en boga a confundir la libertad con el antojo de actuar cada uno según le dé la real gana, libre de compromiso cívico alguno. Lo que ya no sabemos en nuestras democracias, afirma con cierto descreimiento, es dónde está la virtud.

Aron es un pensador de otra época. Se formó en el ambiente oscuro, eléctrico y catastrófico del totalitarismo y escribió durante la Guerra Fría. Pero fue lúcido y brillante, y por eso hoy sigue siendo un poderoso estímulo intelectual y despierta un interés creciente. Pierre Manent, que fue alumno suyo, describe en el prólogo a la perfección su obra como muy accesible de entrada, pero después de comprensión nada fácil. La lectura de Aron hace mucho bien al debate de ideas. Loable empeño de la editorial Página Indómita el de poner sus libros a nuestro alcance en ediciones sobrias y cuidadas.

Cubierta del libro

Cubierta del libro

Libertad e igualdad

Raymond Aron

Página Indómita, 101 páginas, 14 euros


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