Caroline Blackwood (Londres, 1931 – Nueva York, 1996) tuvo una habilidad especial para retratar a mujeres llenas de claroscuros. Con una prosa aguda, un humor mordaz y una ligereza pasmosa, relata la complejidad femenina con todas sus aristas. Lo hizo con J., la abandonada y rabiosa protagonista de su primera novela, “La hijastra”. También con las protagonistas de “La anciana señora Webster”, empezando por la propia señora Webster, una escocesa recta, intransigente y solitaria, que odia al mundo entero. En “Últimas noticias de la duquesa”, el tercer título de la autora que ha publicado este año Alba Editorial, dibuja con precisión a dos mujeres asombrosas y, en esta ocasión, cien por cien reales: la duquesa de Windsor y su abogada, Suzanne Blum. En todos los casos, los personajes femeninos de Blackwood viven atrapados en sus propias jaulas de oro, mansiones o lujosos apartamentos, de los que no pueden o no quieren salir. De ahí, quizás, la atmósfera gótica y claustrofóbica que emanan sus libros.

Como la propia Caroline Blackwood aclara en la primera página, “Últimas noticias de la duquesa” no es una biografía convencional, sino “un entrenimiento, un análisis de los efectos fatídicos del mito, un oscuro cuento de hadas”. La obra nace, en realidad, de un reportaje que pudo haber sido y no fue. “The Sunday Times” intentó en 1980 retratar a la duquesa de Windsor. Desde que enviudó, en 1972, vivía recluida en un palacete en el parisino Bois de Boulogne, por cortesía del Gobierno francés. Tras años apartada de la vida pública, el periódico pretendía conocer su estado de salud y retratarla a cargo de lord Snowdon. Caroline Blackwood fue la periodista elegida para escribir el artículo que acompañaría esas fotografías. Sin embargo, nunca se tomaron. La letrada Suzanne Blum, que afirmaba ser la apoderada de la señora Simpson, lo impidió de una manera exasperante.

Suzanne Blum fue una abogada francesa que alcanzó éxito internacional en Hollywood. Defendió los intereses de gigantes como Paramount, Warner Brothers o Metro Goldwyn Mayer. Representó a Rita Hayworth durante su divorció con Ali Khan. Paralelamente, se convirtió en una novelista de renombre en su país gracias la escritura de siete novelas. Cuando Wallis Simpson enviudó de su tercer marido, el hombre que abdicó de la corona británica por su amor, Suzanne Blum se convirtió en su letrada y, podríamos decir, en su carcelera. La mantuvo encerrada en su mansión, con la única compañía de sus enfermeras y de su fiel mayordomo. Sus amigas no podían visitarla. Nadie sabía cómo estaba. ¿Eran ciertos los rumores de que estaba sondada, que ni siquiera podía hablar y que su piel se había tornado negra? ¿Podía ser su portavoz tan cruel como para alargar su vida en condiciones deplorables, quizás para aprovecharse de sus riquezas.

A través de las entrevistas de Caroline Blackwood a Suzanne Blum y de las conversaciones con las amigas y el entorno de la duquesa –al que tenía fácil acceso gracias a su propia condición de aristócrata-, conoceremos la relación enfermiza de Blum con su representada y los entresijos de la vida de los duques de Windsor, icono romántico del siglo XX. Como curiosidad, en la serie “The Crown” son interpretados por Geraldine Chaplin y Derek Jacobi.

La abogada queda retratada como una mujer mitómana, vanidosa y tiránica, que prefiere los gatos a los humanos y que es capaz de todo por devolver el esplendor a su querida Wallis Simpson. La idolatra tanto que se adivina incluso una relación romántica. “Si no escribe usted un artículo elogioso sobre la duquesa… no voy a demandarla. La mataré.”, amenazó en una ocasión a Caroline Blackwood. No solo no pudo escribirlo, sino que tuvo que esperar a la muerte de Blum para poder publicar “Últimas noticias de la duquesa”. En 1995 vio la luz este magnífico libro que nos habla de delirios de grandeza, de vejez y decadencia, de famosos que acaban a merced de sus empleados y, cómo no, de mujeres prisioneras.