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A propósito de la realidad: Fernando Fonseca reúne una compilación de sus cuentos

Cultura - Libros

Un canto que bendice la literatura para desestimar la ramplonería subyace en “Cuentos de Ciudad Ajada”, recopilación de los relatos de Fernando Fonseca. La fina raya que pasa la realidad se ve traspasada en multitud de ocasiones, para trazar lo absurdo, lo miserable, en los lindes de una inquietante ficción. El arte parece superponerse a todo y, pese a las circunstancias, tiene su sentido apegado a la utilidad.

Las triquiñuelas del arte, con su simulacro para alcanzar una verdad, tienen su lugar desde el primer cuento del libro “Lizzie Doten”. Una invitación al sueño de la literatura, en la magia de las palabras, como ilusionismo de un número que trata de emular el espíritu de Edgar Allan Poe: “Ahora me cabe la certeza de que la literatura es el único misterio que permite encuentros inverosímiles y nos permite ser sin tener que estar”. Unas muñecas de cera nos dejarán, también, un mundo que entremezcla realidad y ficción, con un delicado humor, que sirve para constatar lo insustancial que puede llegar a ser el mundo de Internet en nuestros días. La implicación y la pasión del personaje por la escritura, arropado por la casuística del azar conforman otro cuento, algo muy recurrente en Fernando Fonseca, cuyo nombre llevará un cuento de Bioy Casares. El autor asturiano logrará devenir la situación en un relato facturado en clave de juego literario, también la soledad más absoluta será retratada con ecos kafkianos.

En la Ciudad Ajada, que a buen seguro no es otra que Oviedo, las historias sobrepasan a unos personajes azorados por el vacío que superponen su yo a situaciones embozadas de un sentido del absurdo. La “Poética de Williams B. Arrensberg” muestra en un fantasioso y bello monólogo de una estatua el pasado de tinte clariniano y presente indeciso de una ciudad. Fernando Fonseca deja al lector expectante ante una ruindad cargada de rancio provincianismo, desordenando todo sentimiento.

Del tono displicente de las tragedias cotidianas de Ciudad Ajada se pasa a un elogio de la intimidad con sentimientos sellados en primera persona para homenajear a Kafka o los Beatles, entre otros. La costosa libertad del que prefiere la escritura poética a la jornada tediosa del oficinista. Fonseca transmite nítidamente el desamparo del escritor y su eterna intención de conseguir trascender, de que permanezca una historia frente a los inconvenientes del olvido.

El enfoque que el escritor da a la concepción libérrima de los relatos se resume en una de las frases de sus protagonistas: “La literatura es profanación”. Y toda buena transgresión es conveniente convertirla en literatura.

Cuentos de Ciudad Ajada

Fernando Fonseca 

Más Madera, 2021 199 páginas, 17 euros

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