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tinta fresca

Una celebración del buen vivir

Gemma Lienas lanza una mirada positiva al fin de los días en “La vida privada de Carmina Massot”

“La vida privada de Carmina Massot” empezó a gestarse cuando su autora, Gemma Lienas, “ve” a la protagonista. La ve, la siente, la comprende. Y la construye para la ficción gracias a la magia de la literatura: “Tengo en la cabeza a esa mujer de 87 años, que se enfrenta al último tramo de la vida. Y, aunque al principio no lo imaginaba de este modo, pronto me doy cuenta de que no quiero que plante cara solo a la pérdida de autonomía progresiva ocasionada por la vejez, sino también a la muerte”.

Entiende Lienas que “puede parecer un tema muy duro, puesto que la muerte en Occidente desde hace años se ha convertido en un tema tabú, Pero posiblemente por ello y porque yo, como lectora, llevaba un tiempo enfrascada en libros escritos por personal médico que trabaja en cuidados terminales o por personas que se han enfrentado a la muerte de un ser querido o a la propia muerte, decidí convertir a Carmina en un personaje capaz de enfrentarse a su final sin desviar la vista y, sobre todo, celebrando la vida”.

Y es que Carmina, subraya la escritora, “es una mujer vital y positiva y, aunque no le apetece tener que morir, decide hacerlo con un canto a la vida y dejando un legado a sus sobrinas. Eso me permite situarme en el pasado de Carmina, en 1956, cuando tenía 24 años, calzaba zapatos de tacón altos y se pintaba los labios de un color rojo muy cinematográfico. Esa es la parte más novelesca, la parte más aventurera, donde cuento el primer amor de Carmina y cómo esa pasión la llevo a implicarse en la búsqueda de una pintura desaparecida a manos de los nazis”.

La novela, pues, “transcurre a caballo entre dos épocas: 2019 y 1956, y es Carmina quien nos lleva a movernos de una a otra, a través de su vida presente y de sus recuerdos. Así, quien se sumerja en esta historia va a encontrarse con dos argumentos que van entrecruzándose. El del presente, en el que conocemos la fragilidad de Carmina y sus dificultades con el día a día, y también su voluntad de mantener su criterio y su independencia a la vez que su copita de Pedro Ximénez diaria, sus cigarrillos, sus películas, el amor por sus sobrinas, la amistad con Sebastián”.

Y del pasado, añade Gemma Lienas, “en el que descubrimos su lucha por no dejarse pisar terreno en una sociedad gris y poco tolerante con la libertad de las mujeres, el despertar de su sexualidad, su participación en una peripecia que la lleva a conocer al nazi Léon Degrelle. En una y otra época, Carmina mantiene algunos trazos característicos de su personalidad: su capacidad de gozar de la vida, su sensualidad, su fuerza y su mirada positiva”.

La historia propuesta por Lienas ofrece bastantes sorpresas porque “si bien no es una novela de misterio, sí contiene mucho suspense, esto es la capacidad de crear curiosidad y expectación por lo que les ocurrirá a los personajes”.

La vida privada de Carmina Massot

Gemma Lienas

Harper Collins, 288 páginas

19 euros

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