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La sencillez de lo complejo y viceversa

"Una vida aceptable", de Mavis Gallant, o la novela que se resiste a la sinopsis

Mavis Gallant.

Mavis Gallant nace en Montreal en 1922, de padres protestantes de habla inglesa, en una zona de Canadá, el este, de predominancia católica y francófona. No es, pues, de extrañar que haya interiorizado tanto la dialogía entre lenguas, creencias y culturas como la noción de "exiliada" vital, y que se dejara atraer muy pronto por un París vibrante con novedades artísticas y teóricas, donde vivirá hasta su muerte en 2014. Antes de instalarse definitivamente en París reside unos meses en Madrid, en 1952, en busca de su propia definición. De su breve estancia en nuestro país son dos relatos: "Senor Pinedo" (1954) y "When We Were Nearly Young" (1960).

Gallant es, fundamentalmente, una escritora de relatos breves, que combinan lo epistolar con la narración en tercera persona y ésta con la autobiografía. En toda su obra subyacen, claramente delineadas, una ética cordial y una teoría crítica de la narratividad. Gallant escribió también una obra de teatro y dos novelas: "Agua verde, cielo verde" (1959) y "Una vida aceptable" (1970). Esta novela sigue las coordenadas estilísticas habituales de la obra de Gallant; la autora pule las frases hasta conseguir el máximo de información con el menor número de palabras, de tal manera que quienes leemos hemos de sopesar las posibilidades que sugieren su prosa y el contexto en que ésta surge.

Shirley, el personaje principal, es consciente de que su vida se está escribiendo en presente, y fantasea con la idea de modificar la realidad que la circunda. Shirley entiende que si sus reacciones son continuamente malinterpretadas, no es debido a su imperfecto francés, sino porque su expresión está enmarcada "en un íntimo acervo cultural" del que la otra persona no sabe nada. De nuevo, la interacción de lo íntimo con lo cultural expande la frase y la intención literaria de la autora. Al inicio de la novela, Shirley divaga en pos de una historia que justifique a los ojos de su marido el que ella haya pasado toda la noche fuera de casa, porque la verdad no es verosímil, "no hay ninguna necesidad de ir por la vida diciendo ridiculeces solo porque dé la casualidad de que sean verdad".

De Gallant ha dicho la crítica que es capaz de "encapsular a un personaje, capturar su voz y revelar su alma" y esto es exactamente lo que hace con Shirley, quien, como casi todos sus personajes, es una persona solitaria, no porque no sea sociable ni esté rodeada de gente, sino porque acusa la misma característica de su autora: es una mujer asediada por las diferencias inscritas en los lenguajes y las culturas, con un pasado que nadie conoce en su vecindad, ni entendería si lo conociera. Así, a las dudas que plantea Shirley sobre la verosimilitud, se añade también la fragilidad de "lo inexplicable", porque no es tal, sino que "los deseos de otra gente son extraños para mí" y viceversa.

En la última parte de la novela recorremos en detalle los acontecimientos pasados que marcaron el presente de Shirley, según ella lo experimenta; las voces que "debían haberse entretenido […] y dejado huella en la calle y en el día, que no solo estaban con ella en el restaurante, sino también en las esquinas de las calles que habían cruzado", trazando la trayectoria que ella se ve impelida a seguir

La sucesión de pensamientos, opiniones, recuerdos y probabilidades es continua, por lo que es sumamente difícil hacer una sinopsis de la novela. Afortunadamente, no queda más remedio que leerla y disfrutarla frase a frase si queremos saber qué narra la obra de Mavis Gallant, quien, con Shirley, se confiesa "incapaz de explicar de qué trata una historia".

Una vida aceptable

Mavis Gallant 

Traducción de Miguel Ros González

Impedimenta, 388 páginas, 22 euros

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