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Escribir con luz

Consuelo Cabiedes nos introduce en la fotografía como lenguaje visual con vocabulario, gramática y sintaxis

Efecto de rayas y geometría generado por la luz en una playa. Consuelo Cabiedes

En este nuevo mundo digital que nos han impuesto las nuevas tecnologías y la era de Internet, la fotografía ha sido uno esos elementos que ha sufrido una verdadera revolución. La desaparición de las películas como único soporte en el que fijar el acto fotográfico terminó también con el laboratorio tradicional. Ambos elementos, película y laboratorio, además de tediosos, suponían unos costes que no estaban al alcance del público en general.

La llegada de las cámaras digitales y los ordenadores transformaron aquella magia de la química de reveladores, fijadores y ampliadoras en un complejo proceso de lenguaje binario donde la fotografía pasaba de un moderno sensor a un programa de PC donde, en décimas de segundo, aparecía flamante la imagen que acabábamos de capturar.

La reducción de costes llevó a eso que algunos llaman la "democratización" de la fotografía y, de pronto, el acto fotográfico se convirtió en una actividad cotidiana que inundó de imágenes y selfies nuestro idílico mundo de redes sociales.

De alguna manera esto ha llevado a un cierto desprestigio del concepto de "fotografía", una hermosa palabra que no significa más que "escribir con luz", algo tan simple y tan complicado como cualquier otro arte visual.

De esto y mucho más habla Consuelo Cabiedes en su libro "La composición fotográfica: ojo, mente y geometría", iniciando un viaje didáctico que parte de la idea de dejar bien clara la distancia que separa a la cámara (o el móvil) del fotógrafo y donde refleja con muy buen argumentario que el conocimiento de la herramienta tiene únicamente la función de la pluma de un escritor. La cámara es el medio que permite plasmar sensaciones bidimensionales a través de la imagen fija. Y eso no se consigue únicamente apretando un disparador.

A partir de ahí, Cabiedes analiza la fotografía como un lenguaje sujeto a ciertas normas o leyes, pero al mismo tiempo advierte de la interpretación subjetiva que una foto puede despertar en distintas personas. Los estados de ánimo, la cultura o incluso las experiencias personales despiertan o evocan distintos sentimientos en el espectador, aunque el contenido sea el mismo para todos.

Y de este modo la autora nos introduce de lleno en el concepto de fotografía como un lenguaje visual con vocabulario, gramática y sintaxis que se articula a través de la composición.

Con esta idea, y apoyándose en las citas de los más grandes fotógrafos de todos los tiempos, Cabiedes desarrolla un ameno manual orientado a comprender cómo se estructura una fotografía dentro del encuadre, cómo la mente, por medio del ojo, identifica puntos de interés que potencia o modula con el concepto de formato, el ángulo de toma o la selección de una determinada escala, sin perder de vista el orden interno y la estructura formal de la imagen, a los que dedica un capítulo especial apoyándose en la geometría y en las teorías de la proporción. Un capítulo magistralmente ilustrado con las fotos de Cabiedes que sirven de excelente material didáctico para comprender las reglas básicas de la composición al mismo tiempo que nos muestra cómo utilizar las líneas geométricas, las formas y los planos de forma coherente y armónica.

Por último, la autora se detiene en el interesante mundo de la psicología del color y las texturas para concluir con un capítulo dedicado al movimiento, el equilibrio y a los pesos visuales de los elementos dentro del encuadre.

En definitiva, este libro no solo es un manual didáctico orientado a la formación dé fotógrafos. Es una obra en la que la autora nos ayuda a interpretar, a "leer" una imagen y a hacernos reflexionar sobre las sensaciones que nos despierta como espectadores, a tratar de interpretar la intención del autor desde la paradoja de que incluso la intencionalidad del propio fotógrafo puede tener un sentido muy diferente al percibido, pero donde las normas del lenguaje son comunes para todos.

Y también y sin ninguna duda es un libro para fotoperiodistas, una guía que puede servir a nuestra labor informativa potenciando las emociones y sentimientos que a diario queremos transmitir en nuestras tomas informativas.

A los profesionales de la imagen siempre nos han dicho que debemos perder la vista mirando fotos. Este libro, además, invita a salir a la calle a practicar ese lenguaje que tan bien domina Consuelo Cabiedes, aunque la propia autora ya avisa apoyándose en aquello que dijo Edward Weston: "Consultar las reglas de composición antes de tomar fotos es un poco como consultar las reglas de la gravedad antes de salir a dar un paseo". Y coincido con la autora en interpretar que Weston hace así referencia a la necesidad de interiorizar esas normas compositivas para que, cuando nos enfrentemos al encuadre de nuestras imágenes, lo hagamos de una forma intuitiva.

No es fácil, pero con este libro tenemos por dónde empezar.

La composición fotográfica: ojo, mente y geometría

Consuelo Cabiedes

Anaya, 264 páginas, 27,50 euros

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