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música

Escuela coral

Reflexiones en torno al espectáculo "Concierto fatal de la viuda Kolakowski"

El coro de la Fundación, durante el concierto. luisma murias

La Semana de los Premios Princesa de Asturias mueve multitudes en la Fábrica de Armas de la Vega. Es, sin duda, un ciclo artístico muy bien diseñado y que permite ver las potencialidades de un recinto que debiera tener un peso específico en el conjunto de la región como la gran factoría cultural que posibilitara acuerdos institucionales de calado; una verdadera "fábrica" en la que la música, las artes plásticas y las nuevas disciplinas artísticas encontrasen puntos de convergencia. De hecho, los inmensos espacios posibilitarían la existencia, por ejemplo, de salas de ensayos sinfónicas en condiciones, tara que es una de las principales carencias y limitaciones de la ciudad y que tensiona, de manera diaria, su vida musical y obliga a un encaje enrevesado de las diferentes piezas que configuran el puzle orquestal y coral.

Entre la variada oferta de esta edición, la música coral encontró acomodo a través de una propuesta del "Teatro para minutos" de Juan Mayorga: el "Concierto fatal de la viuda Kolakowski". La pieza de microteatro permitió que el coro de adultos de la Fundación Princesa de Asturias tuviese foco y presencia en la Semana de los Premios ante la imposibilidad de estar en el concierto del día previo a la entrega este año convertido en una velada flamenca con protagonismo estelar de Carmen Linares y María Pagés, premiadas en esta edición con el galardón de las Artes.

El coro, que dirige José Esteban García Miranda, se lució, pese a la tan seca e ingrata acústica de la nave taller, concebida para otros menesteres fabriles, como su propio nombre indica, y no para apreciar los colores, matices y bondades de la música coral.

Pese a las circunstancias adversas, casi bélicas como la propia obra de Mayorga, el también microconcierto llevó al púbico por un hermoso itinerario musical que arrancó con "Da pacem Domine" de Arvo Pärt, para continuar con dos pasajes (el Benedictus y el Agnus Dei) de “The Armed Man: A Mass for peace” de Karl Jenkins e incluir, asimismo, una obra recién escrita por uno de los grandes compositores de nuestro tiempo, John Rutter, dedicada a Ucrania y que el autor permite interpretar a todos los coros del mundo de manera libre: "A Ukrainian prayer". "Even when he is silent" de Kim André Arnesen y "MKL" de U2 en un arreglo coral de Bob Chilcott cerraron una velada en la que la música tenía el horizonte común del respeto a los derechos humanos frente a la barbarie bélica y la intolerancia. Toda una declaración de intenciones y un homenaje que el coro interpretó con brillantez y emoción. Lástima que no hubiera un programa de mano explicativo, o en su defecto, una explicación breve al inicio de la velada, porque la mayoría del público no fue consciente del porqué de la elección de esas obras, ni tampoco del texto de las mismas, al no existir un sobretitulado. Si todo lo confiamos a enlaces de internet la música acabará generando exclusión entre parte del público de mayor edad, menos familiarizado con este tipo de nuevas tecnologías. Y esto sería algo verdaderamente lamentable.

La participación del coro en la Semana mueve también a otra reflexión de mayor calado. Una vez la evolución de la pandemia permite la vuelta a la actividad, sería necesario recuperar los coros juvenil e infantil que llevan años hibernados. La escuela coral de la Fundación Princesa de Asturias ha sido, y debe seguir siendo, uno de los pilares de la vida musical asturiana. Los tres coros han dado a lo largo de décadas, cientos de conciertos en Asturias –siendo un eje esencial de la descentralización musical en la región, llevando la música a pueblos y villas–, España y el extranjero. Verdaderos embajadores de la Fundación y del Principado, urge un plan que permita la vuelta a la actividad y aporte nuevas ambiciones artísticas. No se entendería que la Fundación dejase aparcado un vector cultural tan significativo que, además, tampoco supone un coste económico tan elevado. Será uno de los retos que ya deberá asumir la nueva presidenta Ana Isabel Fernández Álvarez.

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