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Entrevista

Álvaro Urquijo (Los Secretos): "No veo dentro de 30 años que alguien diga: ¿te acuerdas de aquella canción del 2018?, y te cante un reguetón"

El histórico grupo actúa el próximo día 5 de diciembre en el Auditorium de Palma, en la Sala Magna

Álvaro Urquijo, en el centro, con los otros integrantes de Los Secretos. Marta Pich

Líder de Los Secretos. ‘Recuperando las emociones’ es el título de la gira con la que el histórico grupo aterrizará en Palma el próximo lunes 5 de diciembre, en el Auditorium. «Será un concierto muy precioso, muy cuidado, muy medido, con un montón de canciones. ¿A ver quién toca 28 canciones en un show?», pregunta sacando pecho el intérprete de temas inmortales como ‘Pero a tu lado’ o ‘Déjame’.

¿Qué le ha parecido el documental ‘Sintiéndolo mucho’ protagonizado por Sabina?

Todavía no lo he visto pero lo veré. Admiro mucho a Sabina y seguro que me encantará el documental. Con Sabina nos une una relación estrecha. Nosotros compartíamos local de ensayo pared con pared. Era el año 84, más o menos. Cuando ensayábamos nos callábamos para escucharle a él. Mi hermano Enrique decía: "joder, qué cabrón, qué letras hace". Ahí empezamos a empatizar. Yo siempre he admirado la facultad que tenía mi hermano Enrique para escribir letras y la que tiene Joaquín, y eso hace levantar mi sombrero y doblar mi rodilla delante de los genios, y es indudable que Sabina no es solo uno de los mejores letristas, de los que he conocido cercanamente y con los que he trabajado, sino también un número 1, al que quiero y aprecio. Si hubiera más ‘sabinas’ y artistas de esa índole, con su personalidad, con sus defectos y con todo lo que quieras, seríamos un país más rico. La riqueza de un país no la da el petróleo, o el oro, sino la cultura. Estamos en una sociedad de consumo que se está autoconsumiendo de tanto querer dinero.

Recientemente ha estado en México con Pancho Varona. ¿Entiende su ruptura con Sabina?

Con Pancho tengo amistad desde el 84. Es alguien muy noble, que ha hecho grandísimos temas con Sabina. Pero yo peco de una cosa, y es que la vida privada de los demás, si no me la quieren contar, yo no la pregunto. Yo no tenía ni idea de cómo estaban las relaciones con Joaquín pero intuía... porque a Joaquín le conozco y sé que él pues también estilísticamente necesita reposar sus letras en algún músico que le aporte quizá cosas nuevas. E igual que hizo con Enrique y conmigo, y con Calamaro en su momento, o con Pedro Guerra, o ahora con Leiva, un musicazo, pues yo lo entiendo. Cualquier artista tiene derecho a dar sus giros y depositar su confianza en direcciones artísticas distintas.

No dejan de dar conciertos, 2022 ha sido un año brutal en cuanto a actuaciones se refiere, y en la mayoría de los casos agotan las localidades. ¿Se puede hablar de Los Secretos como un auténtico fenómeno?

Como tal, no. Lo que sí ocurre es que en la última década, sobre todo, o los grupos han derivado por un sentido más comercial, o las redes sociales han influido muchísimo y los artistas se han alejado de las canciones, por así decirlo, para meterse en modas o estilos que promueven muchos views. Más que fenómeno es que no tenemos mucha competencia de nuestro nivel, es decir, de gente que lleve muchos años, con un gran repertorio currado a base trabajar mucho, y que estén en forma, que procuren que los shows sean mejores. De esos tampoco hay tantos grupos. Yo era muy fan de gente como Los Rodríguez, Radio Futura, Golpes Bajos… pero todas esas bandas se fueron separando. De nuestra época hay pocos que hayan aguantado.

¿Qué han preparado para el Auditorium de Palma, donde tengo entendido que llegan con una voz nueva?

A principios de 2020 preparamos una gira bastante chula, con proyecciones, una iluminación más cuidada y con un miembro más que se sumó a raíz del último disco de estudio, Mi paraíso (2019), y que lo adoptamos para mejorar el tema vocal, Txetxu Altube. Es un grandísimo músico, en solitario y también con Madison. Estaba suelto en ese momento de sus cosas y le pregunté si quería venirse a hacer los coros de nuestro disco. A partir de ahí empezamos a trabajar juntos en la presentación del disco. Pero vino la pandemia, y consideramos que mejorar las voces en armonías vocales era muy importante para nosotros, así que vino para quedarse. Cuando se retomó la normalidad, tras la pandemia, hemos recuperado ese show, con el nombre de Recuperando emociones, con las proyecciones y el mismo repertorio. Es una especie de agradecimiento al público, tocaremos dos horas y diez minutos, aproximadamente, y estarán todos los clásicos, lo que la gente puede esperar de Los Secretos. También se incluyen algunas canciones del disco nuevo, otras no tan nuevas, de las dos últimas décadas, otras que hemos rescatado y que no llegaron a nada en su momento, en fin, hay hueco para todo… Será un concierto muy precioso, muy cuidado, muy medido, con un montón de canciones, hasta 28. ¿A ver quién toca 28 canciones en un show? Yo he visto repertorios de bandas que no pasan de 16 canciones. Creo que nuestro secreto es haber tocado muchos años, mucho tiempo y en cada concierto perfeccionar un poquito. Yo no hay concierto en el que aprenda algo. Gracias a nuestro repertorio hemos viajado a través de modas y generaciones. Nosotros nunca hemos tocado el cielo en cuanto a cifras, sin embargo, canciones como ‘Pero a tu lado’, con 27 años de antigüedad, son nuestro número 1 ahora con millones de escuchas en Spotify. Nuestra música ha viajado horizontalmente y transversalmente, a través de boca oído, radios y djs, y tenemos la suerte de llenar y que nuestra música guste, el premio a un trabajo digno y respetuoso con el público.

La de Los Secretos ha sido una carrera con muchas luces y algunas sombras. ¿Cómo se superan los malos momentos?

Cuando hemos pasado un bache gordo, como fue la muerte de Canito, la de Pedro Antonio Díaz o la de mi hermano Enrique, algo devastador, en todos esos momentos nuestra intención fue la de parar y dejarlo. Nos abatimos de tal manera… Nos veíamos sin fuerza. ¿Qué ocurrió en esos momentos? Cosas tan extrañas como entrar en algún sitio, cuando crees que nadie se acuerda de ti, y ver que están poniendo tu música y todos quieren abrazarte y llevarse un autógrafo tuyo; o ir en coche por la ciudad, que te toquen el claxon, bajen la ventanilla y te suban el volumen de una de tus canciones. Al margen del mundo del mainstream, de lo que sonaba en la radio y lo que se veía en la tele, nosotros seguimos una trayectoria bastante arropada por el público. Tras la muerte de Enrique yo tuve el síndrome del usurpador, me sentía muy avergonzado al cantar canciones de mi hermano, como frontman, sin invitados que tuvieran protagonismo, pero la respuesta del público fue alucinante. 70 conciertos después estábamos grabando un disco nuevo con canciones originales. Muchas veces es el público el que tira de ti. Nadie hace una carrera porque sea muy hábil y sepa esquivar las desgracias o porque tenga mucha perseverancia o sea muy ambicioso, o muy pesetero, nadie hace una carrera larga si el público no quiere. Es el público el que dicta tus éxitos y cuánto tiempo van a durar en el tiempo. Nosotros tenemos la suerte de haber sido tocados por la varita mágica de que nuestro criterio, el que usamos a la hora de componer, esa mezcla entre ranchera, música pop rock, country rock, new wave o como quieras llamarlo, gustó y gusta.

Pero a tu lado’ es la canción de Los Secretos con más reproducciones en Spotify: más de 46 millones. ¿Las plataformas digitales se comportan con ustedes o se sienten expoliados?

Es una paradoja, es como viajar al pasado y matar a tu abuelo. Por un lado nos sentimos expoliados porque pagan poquísimo. Los de la vieja escuela nos hemos ido comiendo la tecnología de morros, no aprovechándonos de ella sino teniéndonos que adaptar con los tiempos y siempre en un lugar desfavorecido. Pero por otro lado si vas por la calle es muy difícil que no te encuentres a alguien que no tenga smartphone, y cualquiera que tenga smartphone y unos pequeños auriculares está escuchando música. Es decir, lo que te quitan por un lado te lo dan por otro. Hay tanta gente escuchándote, tanta difusión de los aparatos por los que te pueden escuchar, que es muy fácil que alguien tenga una lista compartida de Spotify en la que estés. Mucha gente nos ha descubierto a través de las plataformas. Los del YouTube y Spotify no me pagan casi nada pero gracias a ellos lleno mis conciertos. Es una especie de amor-odio.

Tom Petty, Lou Reed, Manolo Tena, Bowie… Se lo pregunté hace unos años. ¿Se ha producido ya el relevo en el trono de nuestros antiguos héroes?

Difícil pregunta. Me perdí a Tom Petty, a quien no pude ver en Turín porque me torcí el tobillo, ya lo veré en otra ocasión, dije, y al poco tiempo se murió. Me pasó exactamente lo mismo con los Eagles, y falleció Glenn Frey. No sé quien ocupará su lugar. La gente hoy en día no tiene ese amor por la música, esa devoción que teníamos nosotros, y no he visto genios o talentos para decir: joder, si yo fuera joven ahora lo admiraría. Quedan los viejos. Aunque muera David Bowie queda su obra, sus vídeos, sus grabaciones. Creo que estamos en una etapa de creación un poco más débil y de más comercialización, donde las redes sociales, como cosa novedosa, han entrado a saco en la sociedad y han devaluado un poco el talento en pos de tener muchos followers o ser muy llamativo. Por otro lado las redes sociales también hacen que alguien desde su casa con un pequeño ordenador pueda tener una canción que se viralice y se convierta en un número 1 de otra manera. Hay gente que tiene millones de visualizaciones y no tiene ni discográfica, ni mánager ni nada, porque no les hace falta. Yo que soy de la vieja escuela creo que se están agotando los héroes a los que yo puse mi ojo y en donde cogí mi propio estilo, de donde yo me alimenté. Siempre quedarán, como los clásicos Wagner o Beethoven, su música nunca morirá. Yo no conozco a gente que vaya a convertirse en nuevos referentes, y los que hay suelen ser revisitaciones, con ritmos más modernos, más tecnológicos, de clásicos del rythm&blues, gente como Bruno Mars o Dua Lipa, o de la música latinoamericana, a la que yo respeto mucho pero no comparto, porque soy más mayor y tengo derecho a ser setentero y ochentero más que reguetonero. Sinceramente, no veo dentro de 30 años que alguien diga: joder, ¿te acuerdas de aquella canción del 2018?, y te cante un reguetón. Hemos pasado de la cultura de la admiración y del amor al arte a la cultura del consumo, que apenas aguanta la gente joven 30 segundos viendo un vídeo y ya pasan al siguiente, y canciones que se viralizan por 10 segundos en Tik Tok o porque salen en una serie juvenil y se popularizan por eso en Spotify. Hoy cuenta más sumar followers que hacer buenas canciones.

Las letras de Dylan han sido una fuente de inspiración para Los Secretos. En su ‘Filosofía de la canción moderna’, el músico Nobel hace una selección de 66 títulos, y en ella no aparecen ni los Beatles ni los Stones. ¿Comparte su opinión?

Los Beatles son los cimientos de una cultura, una especie de fuente de la vida de la que luego saldrán múltiples ramificaciones. Yo no pondría fuera de una selección ni a los Beatles ni a los Stones. Igual me tiraba dos años para hacer una lista de 66 canciones. A Dylan le pondría, pero no como intérprete. A mí me empezó a gustar escuchando a los Byrds, oyendo temas como Mr. Tambourine Man o Chimes of Freedom. Qué temazos. Anda, si es Bob Dylan. No me gustaba como cantaba pero reconocía su capacidad para hacer canciones maravillosas y con unas letras increíbles. Con su disco Blonde on Blonde pasé de la inocencia musical a la madurez. Cuidado con qué pieza quitas del palacio, del edificio del rock. Hay gente que toca que te mueres, ahora mismo estaba flipando con un tío en YouTube, Mateus Asato, el que mejor toca que he visto en mi vida. No tiene canciones que conozcas pero no he visto una cosa igual.

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