música

El siglo de Callas

El centenario de la soprano marcará el año en los teatros de ópera

Maria Callas. | LNE

Maria Callas. | LNE / Cosme Marina

Cosme Marina

Cosme Marina

Este año 2023 es un año de aniversarios redondos en lo que a música se refiere, especialmente en el campo de la ópera. Pero hay uno –el centenario del nacimiento de la soprano Maria Callas– que, sin duda, va a marcar el ejercicio y ya lo está haciendo desde el mismo mes de enero, con portadas en los medios de comunicación especializados y también con el anuncio del enésimo lanzamiento de sus grabaciones discográficas, estudios monográficos y toda la parafernalia habitual. También los teatros de ópera afilan las uñas y se preparan para seguir estrujando uno de los iconos operísticos incombustibles.

Y es el que mero hecho de citar a Maria Callas ya nos lleva automáticamente a confrontarnos con una figura que ha marcado como ninguna el siglo XX, operísticamente hablando. Es curioso que no ha sido un compositor, ni un director de orquesta, la figura de mayor impacto en décadas. Sí lo ha sido, y lo es, una cantante de voz prodigiosa y muy personal, con carácter, la que ejerce una alargada sombra que llega a nuestros días. Motivo de reflexión el hecho que evidencia el enorme poder de los cantantes en la ópera, tremendamente marcado en su época y hoy ya más atenuado, compartiendo un equilibrio inestable, tantas veces controvertido, con los directores de escena y los musicales.

Los ingredientes de esta popularidad que no cesa son múltiples y todos ellos acaban por explicar el fervor inusitado. Callas fue, sin duda, una referencia en la interpretación. Marcó una época y una senda porque a sus celebradas calidades y cualidades vocales, añadió una veta interpretativa, un rigor dramático en el trabajo de los roles que costaba mucho encontrar en la mayoría de sus coetáneos. Esto le proporcionó una legión de fans en los circuitos líricos. No hay que olvidar tampoco su trabajo al lado de grandes cineastas como Luchino Visconti –este en su faceta operística– y Pier Paolo Pasolini en el ámbito cinematográfico. Pero a todos estos aspectos profesionales hay que añadir otro elemento esencial para su fama mundial: una biografía accidentada en la que su relación sentimental con el magnate Aristóteles Onassis la reubicó en la prensa rosa y sus escándalos al uso y, a la vez, en los grandes cenáculos de la jet-set internacional.

La combinación de ambos factores y ese final suyo en París, tan triste y en soledad, acabaron por cimentar las raíces de un mito que aún tiene mucho recorrido por delante. Por todo ello, los festivales y temporadas están preparando continuas citas en torno a la diva. Unas meditadas con tiempo, otras un tanto cogidas con pinzas en el intento de surfear la cresta de la ola y sacar provecho. En nuestro país el Liceo de Barcelona arrancará su proyecto "7 Deaths of Maria Callas", y en Grecia nada menos que cien entidades participarán en su recuerdo, a través de funciones líricas, exposiciones y otros actos. Teatros de Italia, Francia, Estados Unidos, Chile y muchos más países también preparan acciones para seguir avivando el recuerdo de una cantante que fue capaz de transcender su cometido como ningún otro colega suyo. A ello habrá que añadir la reedición de vinilos de algunas de sus óperas más conocidas a cargo de Warner Classics. Por tanto, los "viudos de la Callas" que aún quedan pese al paso del tiempo estarán de enhorabuena los próximos doce meses, hasta diciembre, que es cuando en realidad se cumplirá el centenario.

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