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arte

Cuando el arte cruza el umbral de lo doméstico

Blanca Prendes plantea en "De ‘Dos mujeres’" una poética reivindicación del mundo textil a través de su intervención plástica

Tapetes pintados por Blanca Prendes.

Tapetes pintados por Blanca Prendes. / Santiago Martínez

Santiago Martínez

Blanca Prendes presenta un nuevo proyecto en Local, un espacio de encuentro artístico autogestionado por los miembros de la asociación cultural Laboca y ubicado en la calle Ceán Bermúdez de Gijón. Su carácter abierto y social, a pie de calle en el barrio de El Llano, le confiere una frescura poco habitual en los ámbitos artísticos de nuestro entorno y, de alguna manera, se ha convertido en un punto de referencia cultural imprescindible. Con una programación de actividades diversas, las exposiciones ocupan un lugar protagonista, y son destacables por la calidad y el compromiso de sus planteamientos.

Cuando el arte cruza el umbral de lo doméstico

Dos trabajos expuestos en la muestra. / Santiago Martínez

Es el caso de Blanca Prendes y su propuesta "De ‘Dos mujeres’". Creadora con una amplia trayectoria que, desde la pintura (recuerdo su exposición "Incendios" de 2016, también en Local, un proyecto reflexivo y sanador tras la destrucción de buena parte de su obra pictórica), ha venido configurando un sólido trabajo en el que las vivencias personales se transforman en propuestas plásticas. Abarca distintas disciplinas y soportes, con especial relevancia del ámbito de la instalación y de la acción performativa, como advertimos en el interesante proyecto de 2015, "58 días", en el que, desde sus vivencias en el ámbito de la maternidad, conjugó la dura realidad de ciertas situaciones con la ironía que caracteriza algunos de sus trabajos. El paso por el colectivo Offmothers confirmó los vínculos entre sus obras de arte y las reivindicaciones feministas y, desde esa sensibilidad del colectivo, se implica en proyectos que evidencian las complejidades intrínsecas al hecho de ser mujer, madre y creadora. Así se advierte en instalaciones artísticas como "Pájaros en la cabeza", "Animales domésticos" o "Casa tomada".

Es en esta línea, desde los engranajes que articulan las relaciones humanas, la poética de lo cercano, desde lo doméstico y las técnicas ligadas al mundo textil, desde donde surge "De ‘Dos mujeres’", una muestra de apariencia sencilla pero con un discurso contundente. En el texto de presentación se recoge la historia que guardan estos tapetes de ganchillo intervenidos posteriormente por la artista. Su abandono y las sensaciones que, tras el hallazgo, se desencadenaron en ella fueron suficientes argumentos para vivificarlos y reivindicar las labores que tantas mujeres, en la soledad de sus casas, han venido realizando a lo largo del tiempo. Vuelvo a recordar aquí a la historiadora del arte Rozsika Parker y su libro "La puntada subversiva", donde se analiza el papel histórico del arte textil como contenedor de experiencias y sensibilidades. A propósito de los trabajos textiles de la creadora peruana Ana Teresa Barboza, que aún podemos contemplar en la Galería Espacio Líquido de Gijón, comenté cómo este tipo de obras, tradicionalmente en manos femeninas y limitadas al ámbito doméstico, confieren ahora, en manos de las creadoras contemporáneas, un enorme valor como herramientas para la reflexión y la concienciación, y poseen una indudable capacidad transformadora ante las realidades del mundo.

En la labor tradicional del ganchillo se une lo lúdico con lo decorativo y la habilidad técnica con la creatividad e, incluso, con aspectos de carácter terapéutico y sanador. Blanca Prendes se refiere a la desconocida autora de estos tapetes con estas palabras: "Ella no se tumba a la siesta, aprovecha el tiempo haciendo tapetes. Son tapetes blancos, blanco roto o beige. Ha tejido muchos, tantos que tiene para quita y pon. Si teje se siente mejor, eso de estar sentada sin hacer nada no va con su espíritu". La artista ha recuperado del olvido estos trabajos que, en el espacio expositivo, manifiestan una nueva vida y contienen nuevos significados. Cada pieza está almidonada para conseguir la consistencia necesaria y ha sido intervenida pictóricamente con spray superponiendo campos geométricos de vivos colores repletos de matices. Su sentido y función originales se ven enriquecidos formal y conceptualmente, valorando cada obra por sí misma, mostrándose públicamente, dignificándose fuera del entorno doméstico.

Las piezas son fruto de estas dos mujeres, sus planteamientos formales y estéticos son divergentes, pero a través del proceder creativo han encontrado una perfecta armonía. A los valores propios de la labor de ganchillo, basados en patrones repetitivos, nuestra artista ha incorporado su impronta cromática y asimétrica, radicalmente distinta, pero que engrandece la pieza original. Oculta y muestra a la vez y, a la manera de hermosos palimpsestos, se visibiliza y potencia el trabajo y el oficio.

Resulta hermoso percibir cómo, a través de la apuesta plástica de Blanca Prendes, estas obras han conseguido cruzar el umbral de lo doméstico, del silencio y del anonimato, para reclamar nuestra atención en el espacio público. Despiertan interés y sensaciones encontradas y, como toda obra de arte, son herramienta necesaria para la emoción y la trascendencia.

De ‘Dos mujeres’

Blanca Prendes

Local. Calle Ceán Bermúdez, 23, Gijón. Hasta el 24 de febrero

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