arte
El regalo de la pintura
Alberto Ámez expone los óleos de "Luz de Umbra" en la Galería Arancha Osoro de Oviedo
Santiago Martínez
"Luz de Umbra" es el hermoso y poético título que el escritor César Iglesias ha dado a la nueva exposición de Alberto Ámez en la Galería Arancha Osoro de Oviedo. En su mayoría, son cuadros de pequeño formato, muy íntimos, que desprenden una luminosidad que parece contradecir esa sombra absoluta a la que alude el término umbra, pero que el artista asume como alegoría de su propio quehacer artístico, de ese territorio primigenio e inspirador donde se halla la esencia del conocimiento y de la creatividad y que es donde se encuentra el origen de su pintura.
Ya en "Bello Mundo" (2020-2021), su anterior exposición individual en esta galería, subrayé algunas de las singularidades en su trabajo, esa personalísima técnica, en la que la materia pictórica se presenta con gruesos empastes y generosas pinceladas y un tratamiento cromático que confiere a cada obra un aspecto misterioso. Es el color la clave en la configuración de sus propuestas, que, desde sus infinitas posibilidades, concede prioridad a una gradación de verdes sorprendente: el verde musgo, verde esmeralda o verde vejiga conviven y remiten a una larga tradición del paisaje como género pictórico, de la que Alberto Ámez es heredero, y que emerge en él de forma natural inundando sus pinturas. En esa gradación tonal, hay transiciones que indican un proceder lento, en el que las pinceladas acarician el soporte incorporando infinidad de matices que son los auténticos transmisores de sentimientos. Estamos ante una pintura en clave tonal baja, en la que los efectos de claroscuro resultan evocadores, impregnándolo todo de una cierta melancolía.
Los originales títulos remiten a la mitología clásica y a la simbología medieval, pero también a las costumbres, a la etnografía y a la historia: "Diana consuela a un cervatillo", "Señales de arriba", "Cena vaqueira", "Exploradores en Castilla" o "Curación del espíritu por el sueño" son algunos de ellos, y vienen a ejemplificar una variada iconografía repleta de significados, connotaciones y alusiones, algunas explícitas, pero en su mayoría alegóricas.
Los paisajes están concebidos como pequeñas escenografías en las que los personajes, procedentes de distintos mundos, conviven en armonía gracias a la libertad expresiva del artista. En este sentido destaca "El regalo de la pintura", obra con gran protagonismo en esta muestra, no solo por su mayor formato, también por el sentido simbólico que desprende. Plantea cómo el arte llega a nuestra vida como un regalo, nos ilumina y distancia de la rutina y de la cotidianidad, de lo puramente práctico, de lo prosaico. Alberto Ámez nos ofrece la oportunidad de bucear en sus mundos, de empatizar con una obra que, desde su aparente sencillez, es capaz de tocar temas trascendentales para el ser humano. En 2019, Rubén Suárez se detuvo en el análisis y valoración de su trabajo, unos óleos que el crítico de arte señaló como creados "fuera de nuestro tiempo, desligados de las modas, al margen de lo que se entiende como creación contemporánea". Desde esa frescura y ese goce de pintar, el artista plantea una obra nada convencional, de espontánea apariencia, pero con un trasfondo existencial poco frecuente en el arte actual.
"Luz de Umbra" es una propuesta valiente, muy coherente, un tanto bizarra para los tiempos que corren; un arte que apuesta por la figuración, por una iconografía ligada a la tierra, a las costumbres y a las creencias, y unos paisajes que remiten a los bosques y montañas de nuestro entorno. Imágenes que se podrían enmarcar, formalmente, dentro de ciertos cánones convencionales pero que, sin embargo, se perciben como sugerentes representaciones en una obra pictórica absolutamente renovada.
Sin duda el arte es una de las principales vías para acceder al conocimiento y, en este sentido, quiero destacar "La verdad se calienta en el bosque", título de otra obra presente en esta exposición, que se refiere a la coherencia y sinceridad necesarias en la vida, y que toda obra de arte debe poseer. Por ello, los enigmas de la existencia, lo telúrico y lo mistérico que hay en las pinturas de Alberto Ámez, recuerdan las palabras de María Zambrano en su libro "Claros del bosque": "Y así, aquel que distraídamente se salió un día de las aulas, acaba encontrándose por puro presentimiento recorriendo bosques de claro en claro tras del maestro que nunca se le dio a ver: el Único, el que pide ser seguido, y luego se esconde detrás de la claridad".
Luz de Umbra
Alberto Ámez
Galería Arancha Osoro, calle Independencia 6, Oviedo. Hasta el 27 de abril de 2023
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