El asesino cándido

Steve Sem-Sandberg revisita el «caso Woyzeck» en la novela «W.», análisis desolado de la intimidad de una persona herida

Ricardo Menéndez Salmón

Ricardo Menéndez Salmón

El malogrado Georg Büchner dedicó su obra teatral más importante al «caso Woyzeck», la historia de un soldado, barbero, sirviente, encuadernador y sastre de Leipzig que en 1821 asesinó en un rapto de celos a la mujer con la que convivía, de nombre Johanna, aunque conocida con el sobrenombre de viuda Woost. Suceso capital en el desarrollo del derecho alemán, pues señala la primera ocasión en la historia procesal en la que la locura se aduce como posible atenuante a la hora de considerar la comisión de un crimen, la peripecia de Woyzeck, no muy alejada del prototipo de hombre infame que Foucault hará célebre tras «Vigilar y castigar», ha dado pie a manifestaciones tan notables como la ópera homónima de Alban Berg o la película del mismo título de Werner Herzog.

El asesino cándido

El asesino cándido / Steve Sem-Sandberg

La fascinación por el personaje de Woyzeck se prolonga ahora en «W.», novela del escritor sueco Steve Sem-Sandberg que ahonda en la vida de este asesino cándido, cuya existencia se sitúa a mitad de camino entre la del pobre de espíritu y la del hijo del arroyo, y que, encerrada en el marco de una ambiciosa recreación literaria, que atiende tanto a los aspectos formales del proceso como a la meticulosa reconstrucción de la vida del futuro ajusticiado, testimonia un indudable interés no sólo por lo que se refiere al contenido de la historia, sino también por lo que atañe a su concreción literaria, muy estimable y audaz. Es mérito de Sem-Sandberg, desde esa óptica, trascender el meollo judicial del infausto Woyzeck para desplegar una paleta de hechos, gestos y conductas que iluminan, de modo admirable, la figura central. Así, no sólo importa que a la postre, en esta investigación en torno a las dramáticas condiciones materiales de existencia de un infeliz, se pueda dibujar una relación causa-efecto entre dichas circunstancias y el acto mediante el que Woyzeck se condena. Más allá de la plausible connivencia entre miseria y desastre, la escritura de Sem-Sandberg ilumina otros lugares de interés, caso, por ejemplo, de las páginas que el novelista sueco dedica a la experiencia de Woyzeck como soldado en las guerras napoleónicas, que configuran momentos de una grandeza literaria innegable.

Aunque sin duda la parte más conmovedora de la novela reside en los esfuerzos de Woyzeck por conocerse a sí mismo, en su lucha confusa y a menudo incoherente, siempre desesperanzada, por conquistar un diagnóstico fiable a propósito de su condición como hombre que sufre. El empeño de Woyzeck por merecer una vida digna, y su ambición, tan humana, por lograr afecto y compasión, hacen de su figura un estudio admirable en torno al desgarro de un ser que, desamparado en lo que a inteligencia y bienes materiales se refiere, no por ello carece de piedad, de empatía hacia los que como él padecen y de cierto talento para la belleza. Es ahí, en ese análisis desolado de la intimidad de una persona herida, donde la obra de Sem-Sandberg conquista el lugar de relieve que merece.

Steve Sem-Sandberg. | |  IMPEDIMENTA

Steve Sem-Sandberg. | | IMPEDIMENTA / Ricardo Menéndez Salmón

W.

Steve Sem-Sandberg 

Traducción de Carmen Montes Cano

Impedimenta, 456 páginas

24,50 euros

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