La ilustración como futuro del arte

"Hábitats ilustrados" es un interesante proyecto expositivo que podemos visitar en la Galería Arancha Osoro de Oviedo, y que cuenta con una buena selección de artistas (Cinthya Álvarez, Enrique Fernández, Esther Gómez, María Guija (Miss Pebbles), Kiyary Do, Raquel Lagartos, Bruno Martínez y Rubén Megido) y con un cuidado montaje expositivo, ofreciéndonos una posibilidad única de valorar la pluralidad creativa en el ámbito de la ilustración contemporánea.

La muestra nos recibe con un vídeo sobre sus diversas metodologías de trabajo, que permite obtener una visión clara sobre la complejidad de sus procesos creativos. Es una proyección oportuna y didáctica, que ayuda a entender y valorar el rigor y dominio técnico que poseen y la diversidad de soportes y materiales que utilizan, y que abarcan, desde los más tradicionales, como el óleo, la acuarela, el gouache, los rotuladores y lápices de colores, hasta las herramientas digitales.

En este proyecto hay una clara intención de desmarcarse de las dinámicas profesionales propias del ámbito de la ilustración. Dice Arancha Osoro, directora de la galería, que son auténticos profesionales del dibujo y el color y que, a diferencia de otros ámbitos de la creación plástica, parten de objetivos predeterminados y de una rigurosa planificación, aspectos que influyen directamente en esa impronta que les singulariza. Observando las respectivas maneras de implicarse en sus ilustraciones, y en la naturalidad con la que se desenvuelven, se intuye una reivindicación del trabajo manual en sus múltiples manifestaciones creativas: desde la concentración serena y pausada, casi de miniaturista, hasta la actividad frenética, de fuerte carácter gestual y expresionista.

La ilustración tradicional siempre se ha entendido como un enriquecimiento de documentos, textos, guiones y relatos de todo tipo, de hecho, estas ilustradoras e ilustradores, en su mayoría, desarrollan su profesión en el mundo editorial, en la animación, el videojuego o en el diseño gráfico. Pero, contemplando esta propuesta, percibimos claramente cómo la ilustración contemporánea se puede desligar con facilidad de su función primigenia, pues cada obra contiene entidad propia y su narrativa se desprende desde ella misma. Con esa absoluta libertad que ofrece el ámbito de las artes plásticas, se abren múltiples posibilidades y las fuentes de inspiración son infinitas; en general, cada artista vertebra su propuesta desde la fantasía y la imaginación, o desde el conocimiento de la historia del arte (hay visiones románticas cercanas a lo sublime o recreaciones oníricas próximas al surrealismo), pero también, desde las propias experiencias vitales y de la realidad que nos rodea.

La gran pluralidad de estilos es uno de los aspectos más destacables de esta exposición, cada artista mantiene vivos sus valores y criterios estéticos, y sus respectivas personalidades quedan subrayadas e incluso potenciadas en el conjunto de la muestra. Desde esa rica diversidad, percibimos la energía positiva y la autenticidad que desprenden estos trabajos. Hay algo cálido y cercano en todos ellos ligado a un quehacer profesional, directo, fresco y sincero, que se podría resumir con esta reflexión recogida en la hoja de sala: "En un mundo donde la inteligencia artificial prevalece cada vez más en el ámbito del arte, ‘Hábitats ilustrados’ busca que los espectadores reflexionen sobre el poder y la belleza de la imaginación humana y la perspectiva única que cada artista aporta a su trabajo".

Percibimos una puesta en valor de la ilustración como disciplina artística, y una intención clara de evidenciar el importante papel que esta profesión ha tenido en el pasado y sigue teniendo en el presente, enriqueciendo el entorno social, cultural y artístico. Hay que agradecer a Arancha Osoro esta nueva apuesta expositiva, porque es una oportunidad de conocer el excelente nivel creativo y profesional que existe en el ámbito de la ilustración; pero, sobre todo, porque nos muestra obras específicas desligadas de la práctica profesional, que rompen las fronteras entre disciplinas artísticas que críticos e historiadores nos empeñamos en fijar, recordándonos la afirmación que en su momento, cuando formal y conceptualmente se desligó de un arte convencional, nos dejó la artista dadaísta Hannah Höch: "Me gustaría borrar los límites fijados que a los humanos, seguros de nosotros mismos, nos gusta dibujar alrededor de cualquier cosa que podamos conseguir".

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