Arte
Amparo Cores, pionera de la abstracción y el arte textil
La galería José de la Mano señala la aportación de la asturiana en la colectiva "Geométricas en España"

Obra de Amparo Cores expuesta en la galería José de la Mano. / .
Desde su inauguración en 2005, la Galería José de la Mano de Madrid se ha especializado en arte español e iberoamericano de las décadas de 1950 a 1970. En una doble estrategia, que combina investigación y prestigio comercial. Por un lado ha ido recuperando la memoria de muchos de los artistas de la abstracción geométrica de los años 50 y 60, incluso en su vertiente más política. Así, está reconstruyendo esa etapa fundamental de Manuel Calvo (Oviedo, 1934-Madrid, 2018), del que acaba de vender una obra de 1964 al Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA) en la última edición de ARCO. Y, por otro, ha ido redescubriendo a los artistas conceptuales españoles de principios de los 70, como los que intervinieron en el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid, a los que ha dedicado interesantísimas publicaciones y exposiciones individuales a algunos de sus principales componentes.
Esa línea se mantiene en su exposición actual, la colectiva "Geométricas en España", que incide además en el trabajo artístico de las mujeres en esas décadas, otra de las corrientes de investigación de la galería madrileña. Comisariada por la profesora Isabel Tejeda, las doce artistas que la componen son de generaciones distintas, nacidas entre 1903 y 1950, y en su mayoría pintoras. Algunas son muy conocidas, como la madrileña Elena Asins (1940-2015), que en Asturias obtuvo el Premio de la Fundación Laboral de la Construcción en 2003, o la valenciana Soledad Sevilla (1944), Premio Velázquez 2020 y recientemente expuesta en el Museo Reina Sofía de Madrid. También la barcelonesa Aurèlia Muñoz (1926-2011), pionera del arte textil en España, en cuya reivindicación y definitivo reconocimiento reciente tanto ha tenido que ver José de la Mano.
La galería madrileña ya había prestado asimismo atención, y forman parte de su nómina de artistas, a la valenciana Lola Bosshard (1922-2012), a la madrileña Ana Buenaventura (1942-2023) o a la cacereña Inés Medina (1950), a la que el Museo Artium de Vitoria está dedicando una exposición individual centrada precisamente en su investigación analítica plástica entre 1978 y 1995, abierta hasta finales de mayo. A las citadas se suman otras como la también valenciana Jacinta Gil (1917-2014) o la granadina Pepa Caballero (1943-2012), cuyas constelaciones abstractas merecen en estos momentos una antológica en el CAAC de Sevilla. Más desconocidas, por lo menos en lo que a su obra de los años 60 y 70 se refiere, son la rumana pero madrileña de adopción María Droc (1903-1987), otra madrileña, Elvira Alfageme (1937), principalmente escultora, o la romana Angiola Bonanni (1942), residente en Madrid desde 1963.

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Pero si hay una verdadera aportación en la colectiva es la del rescate de la pintora asturiana Amparo Cores (1929-2015), que es valorada en su significación de pionera de la abstracción y el arte textil en España, algo de lo que me congratulo especialmente por ser el autor de la única monografía dedicada a ella hasta el momento. Residente en Madrid desde 1962 hasta su muerte, tras pasar por París, siempre supeditó su trabajo al de su marido, el pintor y diseñador Jesús de la Sota (1924-1980), seguramente por haberlo perdido tan pronto. A Jesús de la Sota le ha dedicado ya dos exposiciones José de la Mano, la última la celebración de su centenario en compañía de sus hijos, asimismo artistas. Desde su domicilio en la capital, ambos contribuyeron al interesante ambiente normativo madrileño de comienzos de los años sesenta, poco estudiado.
Hasta entonces figurativa, Amparo Cores realizó, bajo la influencia de su marido, que ya por entonces había empezado a definir su personal estilo constructivista y estaba comenzando a participar en importantes exposiciones, sus primeras obras abstractas, cuadros blancos con ciertos recursos habituales de la pintura, como el empaste, o paisajes geométricos en los que predominaba el rojo, que le sirvieron de base para siete tapices que presentó en la galería Cristamol de Oviedo en 1960. Son los bocetos de estos tapices los que se exponen ahora en Madrid, tras descubrir sus hijas una carpeta traspapelada. El resto de su producción, hasta 700 obras, fue donado al Museo de Bellas Artes de Asturias, que está en proceso de catalogarlas.
Los tapices, no localizados o directamente desaparecidos, fueron realizados con la ayuda de la mujer de José María Moreno Galván, quien le facilitó a los obreros de la Real Fábrica de Tapices, a los que Amparo Cores dirigió en los trabajos, al tiempo que se ocupaba ella misma de teñir los colores. Hechos con largas hebras de lana, eran de diseño informalista y en ellos el cromatismo, con sus armonías y sus contrastes, ponía la nota creativa. Se trató de una experiencia realmente innovadora que luego desarrollarían y perfeccionarían artistas como sus contemporáneas catalanas Aurèlia Muñoz o Maria Assumpció Raventós (1930), o de generaciones inmediatamente posteriores, como la asturiana Consuelo Vallina (1941).

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Geométricas en España [años 50, 60 y 70]
Galería José de la Mano, c/ Zorrilla 21, bajo derecha, Madrid Hasta el 26 de abril
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