Arte

Asturias, corresponsalía del grupo AFAL

Coinciden sendas exposiciones de dos de sus fotógrafos, Pérez Siquier y Juanes

"Café Dindurra, Gijón, 1995", de Gonzalo Juanes

"Café Dindurra, Gijón, 1995", de Gonzalo Juanes / LNE

Luis Feás Costilla

Luis Feás Costilla

La segunda mitad de la década de 1950 supuso la renovación definitiva de las artes españolas, tanto de la pintura y la escultura como de la fotografía y el cine. Durante esos años, y no sólo en las grandes capitales, sino también en provincias, surgieron asociaciones como la Agrupación Fotográfica Almeriense (AFAL), que supo juntar a un grupo variado de autores que compartían interés por la realidad de su tiempo y una fotografía soberana de su propio campo de expresión, directa y sin artificios, lejos de estereotipos heredados de la pintura.

Su mayor logro fue la revista del mismo nombre, fundada desde Almería por el editor José María Artero García y el fotógrafo Carlos Pérez Siquier (1930-2021), de la que, sin apoyo institucional, sin dinero y con la censura siempre al acecho, lograron publicar 36 números entre 1956 y 1963, que destacan todavía hoy por la calidad de sus reproducciones y su diseño gráfico. Editada en Madrid, agrupó colaboraciones de diversas procedencias dispersas por la geografía española, cuyos núcleos más importantes, además de Almería, estuvieron en Cataluña, Valencia y Madrid, donde los integrantes de la Real Sociedad Fotográfica decidieron formar en 1958 el paralelo grupo La Palangana, al que perteneció el artista gijonés Joaquín Rubio Camín. También estuvieron en contacto con otros profesionales como el fotógrafo húngaro afincado en Madrid Nicolás Muller, que acabaría sus días residiendo en Asturias.

"La Chanca, Almería, 1960", de Pérez Siquier.

"La Chanca, Almería, 1960", de Pérez Siquier. / LNE

El mayor mérito de los promotores de AFAL fue la exportación de sus fotógrafos al extranjero, en certámenes como el Salón de Charleroi (Bélgica) o la Bienal de Pescara, en 1958. En diciembre de 1959 llevaron a cabo junto con el Club Fotográfico "Les 30 x 40" una exposición colectiva en París que itineró por Berlín, Moscú y Milán. El proyecto más ambicioso del grupo, el "Anuario de la Fotografía Española", publicado en 1958 y que les llevaría al déficit presupuestario, fue elogiado por Henri Cartier-Bresson y Edward Steichen, quien incluyó varias de las fotografías en una exposición celebrada en el MoMA de Nueva York en 1959.

A Pérez Siquier se le dedica una exposición en el Museo de Bellas Artes de Asturias, dentro de una doble individual integrada por obras de la Colección Mapfre, en la que se le une sin mezclarle con el pintor y grabador José Gutiérrez Solana. Comisariada por Leyre Bozal y Sara Moro, recoge parte del trabajo realizado por el fotógrafo almeriense en el barrio periférico de La Chanca, desposeído y gitano. La exposición reúne la serie al completo que Siquier llevó a cabo entre 1957 a 1962 en blanco y negro y una selección de la producida a mediados de los años sesenta en color de este enclave peculiar, considerado por su arquitectura casi prehistórica como un modelo vivo de arte cubista por el líder del Movimiento Indaliano, Jesús de Perceval, que lo retrató tanto en su pintura como en su fotografía. Juan Goytisolo le daría su desarrollo literario. Sin salir de su Almería natal, Siquier consiguió con series como esta, que en blanco y negro se centra más en las gentes y en color en rincones fragmentarios, alcanzar reconocimiento internacional y el Premio Nacional de Fotografía en 2003.

Dos fotografías de la serie "Descenso del Sella, 1965", de Gonzalo Juanes.

Dos fotografías de la serie "Descenso del Sella, 1965", de Gonzalo Juanes. / LNE

Coincide esta exposición con otra dedicada en el Centro Niemeyer de Avilés al gijonés Gonzalo Juanes (1923-2014), que fue miembro también del grupo y con quien mantendría una interesante correspondencia. Perito industrial de profesión, trabajó sin ataduras y fue teórico de los postulados que renovaron el lenguaje de la fotografía documental en nuestro país durante el pasado siglo. Tras pasar por Madrid, en 1957 regresó definitivamente a su ciudad natal, donde tomó la decisión de fotografiar en color, en íntima sintonía con las suaves tonalidades de la luz asturiana y su incierto crepúsculo, convencido de que no interesaría a sus compañeros de AFAL, empeñados en el uso del blanco y negro más adecuado para testimoniar la desnuda realidad de la época. Retraído como tantos artistas gijoneses, Pérez Siquier le nombró corresponsal del grupo en Asturias en 1959. Es muy posible que éste recibiera su influencia y por eso empezara a usar el color.

"La Chanca, Almería, 1963", de Pérez Siquier.

"La Chanca, Almería, 1963", de Pérez Siquier. / LNE

Bien comisariada por Chema Conesa, la exposición, que antes pasó por el Canal Isabel II de Madrid, con un lujoso catálogo editado por La Fábrica, es respetuosa con que Juanes escogió la diapositiva en color como principal y casi única vía de expresión de su trabajo, sin copias de las imágenes y en proyecciones que sólo mostraba a sus amigos asturianos, protagonistas de series intemporales en las que se reconoce a Rubio Camín y a su entonces mujer Trinidad Fernández en el Descenso del Sella o a Jaime Herrero en el Café Dindurra de Gijón, en un subjetivo homenaje al ambiente asturiano y sus gentes por parte de alguien que decidió ser sólo fiel a sí mismo.

De la España negra a la España desposeída

Solana + Pérez Siquier

Museo de Bellas Artes de Asturias, edificio de la ampliación, calle de la Rúa, Oviedo Hasta el 11 de mayo

Una incierta luz

Gonzalo Juanes

Centro Niemeyer, avenida del Zinc s/n Avilés. Hasta el 15 de junio  

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