Arte

El Bellas Artes se rinde a la sensibilidad ganadora

Dos pintoras, Breza Cecchini Ríu y Covadonga Valdés Moré, dominan en sus salas

Obra de Covadonga Valdés Moré.

Obra de Covadonga Valdés Moré. / .

Luis Feás Costilla

Luis Feás Costilla

Los museos e instituciones públicas están obligados a cumplir la Ley de Igualdad entre hombres y mujeres y establecer equilibrios que hasta hace poco eran impensables. Lo que podría parecer una imposición burocrática es a todas luces lógico, puesto que las mujeres son mayoría y nada hay que impida, por razones de mérito, que sean dominantes. Hace un siglo, era muy difícil ser mujer artista y no morir en el intento, pero tras el advenimiento de la democracia y la lucha constante sólo tienen en contra algunos prejuicios y posturas ideológicas recalcitrantes.

Según mis cálculos, desde finales del XIX hasta la posguerra sólo fueron unas cuarenta las asturianas que se pudieron dedicar notoriamente al arte, pero a partir de entonces son ya más de cien las que lo han podido hacerlo profesionalmente, con exposiciones frecuentes y mayor o menor éxito. En 2017, la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias llegó a estar constituida exclusivamente por mujeres, lo que no hacía sino responder a una realidad que acabará imponiéndose sin remedio.

Con su esfuerzo y voluntad, están demostrando que ya no hay campos vedados para la creación, y que si una no llega hasta donde se ha propuesto no se debe ya a los impedimentos y trabas de una sociedad residualmente machista, sino a que las metas a conseguir se presentan a veces como un ideal inalcanzable que una se marca a sí misma, con la misma exigencia con que lo haría cualquier otro artista, tenga el sexo que tenga.

Ese convencimiento ha ido calando, por el empuje de algunos, en instituciones tan impermeables como el Museo de Bellas Artes de Asturias, que hasta hace nada no tenía en cuenta esta perspectiva, a pesar de que la mayoría de su plantilla está constituida por mujeres. Pero a partir de 2022 la cosa cambia, y raro es el año que no se programen una, dos o hasta tres exposiciones protagonizadas por artistas femeninas, como en este 2025. Y, según los rumores más contrastados y los criterios preestablecidos, todo parece indicar que el museo acabará con una directora al frente, una vez terminado el proceso de selección.

En estos momentos, coinciden allí dos notables individuales de artistas mujeres, una en el Palacio de Velarde, que sucede a la dedicada a Noemi Iglesias, dentro del programa de proyectos específicos, y otra en la Casa de los Oviedo-Portal. Ambas están además comisariadas por mujeres, la segunda por Laura Baños, ayudante de conservación de Artes Industriales y Gráficas, y la primera por Sara Moro, que hasta hace poco era su responsable de Comunicación y todavía se ocupa de ese Museo de Bellas Artes extendido en que se está convirtiendo la sala del Banco Sabadell Herrero de Oviedo, en la que se acaba de inaugurar, bajo su comisariado, una retrospectiva de una de las mejores pintoras asturianas de todos los tiempos, Reyes Díaz.

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Escultura de Breza Cecchini Ríu, en el patio central del Palacio de Velarde. / .

En las dos salas dedicadas en el Palacio de Velarde al programa de proyectos específicos, y sobre todo en su patio central, se alza la impresionante propuesta de la pintora Breza Cecchini Ríu, que se aparta, sin abandonar su peculiar mundo visual, de los caminos más trillados y muestra también escultura, cerámica y arte textil. La imagen más poderosa es la de la escultura que preside el patio central, en la que una jinete o amazona sostiene el empuje bravío de un caballo, símbolo de la potencia masculina y su fuerza intimidante. Jinete ella misma, la pintura de Cecchini está frecuentada por tótems expresivos como caballos y lobos, con los que elabora cuentos soñados que a veces se transforman en pesadillas, tratados con la ingenuidad y la frescura que la caracterizan y su trazo ágil y vivo, con atención a su entorno cotidiano y en contacto con la naturaleza. Dice que es lo que no entiende, pero pocas artistas actuales tienen un imaginario personal tan preclaro.

Por su parte, Covadonga Valdés Moré convierte las dos salas de la Casa de los Oviedo-Portal que tiene asignadas, dedicadas al papel, en un delicioso jardín de árboles frutales, en el que los pájaros revolotean conforme el paso de las estaciones. La exposición está compuesta por treinta y siete dibujos de distintos formatos y técnicas, dos estampas y ocho libros de artista, jardines de bolsillo a los que se suma una intervención específica en forma de pintura mural. Una de las estampas, personalizada, sirvió en 2023 para felicitar las navidades a los lectores de LA NUEVA ESPAÑA. Son paisajes interiores de sus territorios más personales hechos con delicadeza oriental, en planos de color acotados por líneas sinuosas que ramifican sombras y reservas en blanco. Su trabajo –como el de Breza, arraigado en valiosos precedentes familiares– demuestra en su constancia que nos encaminamos hacia una nueva sensibilidad ganadora.

Soy lo que no entiendo

Breza Cecchini

Museo de Bellas Artes de Asturias Calle Santa Ana 1, Oviedo Hasta el 6 de julio

Estaciones interiores

Covadonga Valdés Moré

Museo de Bellas Artes de Asturias Calle Santa Ana 1, Oviedo Hasta el 31 de agosto

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