Realidad contemporánea
Miguel Casado reúne una veintena de ensayos en un nuevo volumen atravesado por su deseo de ver el poema "como un lugar de resistencia contra la pérdida de realidad"

Miguel Casado / LNE
Moisés Mori
En nuestros días, pocos críticos españoles reflexionan sobre poesía y la lectura de poesía como Miguel Casado (Valladolid, 1954); la publicación ahora de "Cosas contemporáneas", su nuevo libro de ensayos sobre la escritura poética, representa una insistencia más en una dirección que viene perfilándose desde sus primeros trabajos, y que tanto ha ido fortaleciéndose de conocimientos teóricos como afinando su análisis sobre textos concretos.
En este volumen que reseñamos se recogen una veintena de artículos (ensayos publicados en revistas o leídos como conferencias). Algunos de ellos, y en particular los cinco primeros, tienen un especial carácter teórico y trazan por tanto las principales coordenadas del conjunto; el resto son aproximaciones más específicas a autores y libros, vuelve así Casado sobre algunos nombres a los que ha prestado siempre especial atención, caso de Fernando Pessoa, César Vallejo, Luis Feria o Antonio Gamoneda, y nos acerca asimismo a trayectorias tan distintas como las de Claudio Rodríguez, Pierre Peuchmaurd, Pedro Provencio, Gastão Cruz, Roberto Bolaño, Mariano Peyrou, Tania Favela o Liu Xia (a la que él mismo ha traducido recientemente); el volumen se cierra con lo que se denomina "un rincón palestino", tres artículos (sobre Emil Habibi, Murid Barguti y el Jean Genet de "Un cautivo enamorado") donde la injusticia de la actual situación política en esa región resuena hoy con especial horror y crueldad.
Hace apenas dos años, recogía el autor, bajo el título general de "Deseo de realidad" (Tusquets, 2023), lo que hasta el momento era su poesía completa, e indicaba en una breve "Nota" de cierre: "La fórmula deseo de realidad, que invierte de algún modo los componentes cernudianos, ha aparecido con cierta frecuencia en mis ensayos". El lector de "Cosas contemporáneas" podrá comprobar hasta qué punto es esto cierto –y relevante–, pues el deseo de realidad constituye, en efecto, uno de los fundamentos de este excelente libro, el hilo que une y ordena sus dos caras: la teoría y la práctica crítica. Pero –y así se indica en la misma nota– esta fórmula que Casado maneja no quiere contraponer –como el célebre título de Cernuda– una realidad que niega, que impide colmar el deseo, sino que pretende subrayar la carencia en nuestro mundo de realidad, la necesidad de esta, del contenido del deseo. De modo que cruzan aquí por diversas páginas expresiones como "la desaparición de los hechos", "la hipercodificación de los lenguajes", "el fetichismo de la mercancía", "la jaula del sentido común", "la sociedad del espectáculo", "el pensamiento único", todas ellas tendentes, de algún modo, a nombrar ese déficit. Y a exponer la actual ausencia de realidad y su deseo se dedica expresamente uno de los ensayos aquí recogidos (asimismo titulado "El deseo de realidad"), donde leemos esta conclusión: "Realidad es, pues, lo que nos falta y, por eso, el deseo de realidad viene a ser una forma de utopía"; pues la poesía –el deseo– aspira a lo imposible, y es así como se identifican utopía y poética. O sea, leer, escribir poesía es situarse, moverse entre cosas contemporáneas: "Y esto constituye la poesía: el deseo y el empeño de acceder a algo imposible, y hacerlo con la acción de la lengua, con la aparición de un habla personal que persiga obtener esa meta de antemano negada".
Así pues, como resulta evidente, la realidad poética de la que estamos hablando poco o nada tiene que ver con la que pedía el realismo socialista ni con la de aquel otro histórico realismo contra el que a finales del XIX reaccionaban algunos simbolistas, partidarios a su vez de la sugerencia, las analogías y las correspondencias. Pero la poética de la que habla Casado tampoco debe entenderse como cercana a los postulados simbolistas, pues ya se ha dicho que es una realidad utópica, irrealizable, justamente un deseo: "se trataría –dice– de convertir en energía la imposibilidad", o en palabras de E. A. Westphalen que el autor hace suyas: "La poesía sería una expresión del impulso a no admitir lo real como definitivo e inmodificable".
En cualquier caso, este planteamiento, como el propio autor señala, choca con algunos presupuestos teóricos hoy ampliamente admitidos, como, por ejemplo, que el lenguaje poético es autorreferencial ("que no remite a ninguna referencia, que se satisface a sí mismo", se citan como ejemplo estas palabras de Todorov); de modo que en los artículos más teóricos del libro se buscan apoyos tanto filosóficos o lingüísticos (Searle, especialmente Benveniste) como de crítica literaria (Käte Hamburguer, William Rowe) para considerar en definitiva el poema como un acto de habla ("Tomar cada poema como un acto de habla lo sitúa en el mundo y le exige singularizarse; de algún modo lo muestra como un lugar de resistencia contra la pérdida de realidad").
De esta proposición, y entre otras consecuencias, se deriva tanto un rechazo de lo simbólico –lo que no deja de afectar a la metáfora– como, en definitiva, una defensa de la lectura literal de los poemas. Nada lo explica mejor que este haiku de Bashô, que se nos recuerda: "¡Cuán admirable es / aquel que no piensa: ‘La vida es efímera’ / al ver un relámpago!". Y la literalidad resultaría especialmente apropiada justamente para leer la poesía hermética, pues, tal como aquí se defiende, el poema no dice una cosa para significar otra, por lo que no en vano, y siguiendo a Rimbaud, ha repetido Casado más de una vez y hasta titulado su estudio sobre la poesía de Roberto Bolaño: literalmente y en todos los sentidos. Pues este sería el itinerario sugerido: "Literalmente, primero, entiendo yo, y después en todas las posibles direcciones".
Estas y otras cuestiones teóricas que "Cosas contemporáneas" plantea, y de las que apenas hemos dado aquí unos primeros pasos orientativos, son materia –por principio– controvertida, invitan por tanto al estudio y al debate. Pero el lector de este impresionante libro tiene a su vez la oportunidad de comprobar sobre la marcha, en la lectura que se hace de textos poéticos concretos, no solo la potencialidad de esos presupuestos teóricos, sino la consistencia y la agudeza de Miguel Casado; es un auténtico regalo poder seguirle, ya sea en una tentativa más sobre el autor de "Descripción de la mentira", un desvío por José-Miguel Ullán o una primera aproximación a "Sillas vacías" de Liu Xia.

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Cosas contemporáneas (Ensayos sobre poesía)
Miguel Casado
Libros de la resistencia, 322 páginas, 20 euros
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