La cotidianeidad extraordinaria
Ovidio Parades propone en "Frances Farmer no murió en Seattle" un nuevo acercamiento al universo femenino

Ovidio Parades. / FERNANDO RODRÍGUEZ
"Frances Farmer no murió en Seattle" es el cuarto libro de relatos de Ovidio Parades, su nuevo acercamiento al universo femenino. Veinticuatro historias entrelazadas protagonizadas por mujeres de distintas edades y en condiciones diversas encarnan,afirma el autor, "los dilemas que marcan la existencia. Lo cotidiano como eje central de la narración. Y lo extraordinario que muchas veces surge de ahí, de lo cotidiano. Amor, desamor, dolor, inquietud, enfermedad, soledad, frustración, lealtad, ilusión, esperanza, expectativas, ideas, proyectos. Resistencia ante lo negativo que va apareciendo en el horizonte y disfrute ante las parcelas más luminosas, más gozosas. Lo imprevisible y lo inesperado. Los contrastes de cada vida. Planes que surgen y otros que, pese a los esfuerzos y el empeño, se van quedando en el camino. Vida y muerte. Y el extenso recorrido que va de un lado al otro".
Cada historia, con su propio pulso y su intimidad, se enlaza con las demás "hasta trazar un mapa secreto de vidas cruzadas, un entramado de espejos donde lo individual se vuelve colectivo. Como en aquel gesto cinematográfico de Robert Altman al llevar a la pantalla el mundo de Raymond Carver, aquí las historias dialogan entre sí, iluminando con su resonancia los claroscuros de la experiencia humana".
Cada relato lleva por título un nombre femenino. Mujeres españolas, francesas, alemanas, americanas… Ingrid, Juliette, Martha, Aitana, Adela, Marisa, Lucía… "Mujeres que se enamoran de hombres, mujeres que se enamoran de mujeres. Mujeres que escriben, que leen, que emigran, que limpian de la mañana a la noche, que luchan, que buscan, que encuentran, que pierden, que ganan, que recuerdan, que huyen, que sobreviven. Mujeres con dinero y mujeres sin dinero. Mujeres que son madres y mujeres que no lo son. Mujeres que son abuelas y mujeres que no lo son. Todas parecidas y todas diferentes. Como, parecidos y diferentes, somos en el fondo todos los seres humanos, hombres y mujeres. De una ciudad del norte de España a la Viena actual, de una localidad costera del sur al Indianápolis de principios de los 70 del siglo pasado".
Por las calles de Viena camina Romy Schneider, bellísima siempre, quizás un poco aturdida, con su talento y su destino marcado. Y en Indianápolis, lejos de su Seattle natal, la también bellísima actriz Frances Farmer en las últimas horas de su vida rememorará los anhelos y el precio de la rebeldía en unos tiempos en el que a las mujeres no se les permitía ser rebeldes".
Porque, subraya Parades "la literatura (mujeres que leen) y el cine (mujeres que remiten en el físico a algunas grandes actrices, como merecido homenaje), de una manera u otra, y las referencias cinematográficas vuelven a estar presentes". Quizás, y ya desde el título, más que nunca. Literatura, cine, música y vida, sobre todo vida. La vida que se vive, la que se rememora y la que se aguarda. Con impaciencia, con curiosidad, con serenidad".

Frances Farmer no murió en Seattle
Ovidio Parades
Tres hermanas, 130 páginas 15,20 euros
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