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Uno de los grandes lastres de este club en el que hay 150 chavales entre los equipos de pista y los de fútbol campo es el espacio. La Corredoria utiliza el Díaz Vega, un campo que tiene que compartir con muchos otros equipos y que se les queda muy escaso. «Compartimos campo con muchos equipos y hay que hacer malabares para poner los horario», se lamenta el coordinador.

Y es que todos los equipos de campo se tienen que adaptar a los días y las horas que el Ayuntamiento de Oviedo asigna al club: «NO hay ningún equipo que pueda entrenar nunca a campo entero. Como mucho se dispone de medio. Eso limita mucho a la hora de entrenar», explica Requejo. ¿Hay alguna esperanza de que eso cambie en el futuro más inmediato? «Esperamos que alguno de los equipos que entrenan en el Díaz Vega pueda trasladarse en el futuro a La Pixarra. Eso liberaría un poco el Díaz Vega para que los chavales pudieran entrenar más tiempo y en mejores condiciones».

Otro de los retos que tiene el coordinador de las categorías inferiores, que se ha estrenado esta temporada en el cargo, es mejorar el nivel de los entrenadores del club. «Esta temporada he contado con la gente que estaba la temporada pasada. La idea para el futuro es que todos los equipos tengan al menos un entrenador titulado. En estos momentos contamos con solo dos técnicos titulados. Intentaremos que alguno de los que hay ahora saque el título y poco a poco todos consigamos que todos los equipos puedan tener al frente a gente con el título», explica Requejo.

Y es que el coordinador lo tiene claro, tener entrenadores titulados es muy importante para que el club crezca en nivel competitivo. «Es una forma de mejorar el nivel. No es lo mismo un técnico que esté titulado que uno que no lo esté», insiste Requejo.

En cuanto a la faceta económica, el club se mantiene sin alegrías pero con cierta estabilidad. «Los chavales pagan cuotas y ninguno de los jugadores de Regional cobra. El dinero va para las fichas, la mutualidad y los viajes», explica el encargado de los equipos de categorías inferiores. Y no solo eso. Esta temporada el club ha hecho una inversión en salud. «Tenemos una fisioterapeuta y este año hemos invertido 1.500 euros en aparatos para que pueda trabajar bien y los chavales estén atendidos de la mejor forma», afirma Requejo.

Como todos los clubes humildes, La Corredoria termina de cuadrar las cuentas con lo poco que saca de las entradas de los partidos, las ayudas de las instituciones, la lotería de Navidad, la aportación de los socios... Pero sobre todo con la ilusión de los que cada día trabajan porque todo funcione.