El campeón de Tercera División no olvida su condición humilde... ni su historia. La asociación de exjugadores del Condal de Noreña distinguió, con motivo de su cena anual, a cuatro históricos del club (José Antonio Arias, Pedro Jiménez, Maximino Fernández y José Adolfo Redondo) y a tres de los artífices del campeonato: el presidente, Luis Mori; el entrenador, Jaime Leiva; y el capitán, Rufi. Una terna que ya se ha ganado un lugar en los anales del club, pero que no renuncia al sueño de llevar al Condal a competir en Segunda División B.
"La directiva no va a renunciar al ascenso, pero tampoco se va a suicidar. No es fácil subir a Segunda B y si lo conseguimos ya veremos, pero lo que no vamos a hacer es empeñar al equipo", explicó Mori a las 200 personas que participaron, el viernes, en la cena celebrada en la sala polivalente de Noreña.
El mensaje del presidente es el mismo que el club ha repetido hasta la saciedad desde que se confirmó su clasificación para la fase de ascenso a Segunda B: el Condal va a competir y peleará por subir hasta el último momento. Después, si se logra el objetivo, se valorará la viabilidad de competir en la categoría. "Yo creo que hay equipo para pelear con algunos de Segunda B. Lo del presupuesto es otra historia", señaló al respecto Mori, al que los asistentes preguntaron si el club podría sufrir algún tipo de sanción en el caso de renunciar a una plaza en esa categoría tras ganarla en el terreno de juego. "No, la Federación no nos penalizaría si el proyecto no es viable", precisó Mori.
Más allá de las lógicas expectativas que la ejemplar trayectoria del club está generando entre los aficionados. Mori, Leiva y Rufi destacaron el buen ambiente del vestuario. Una circunstancia que a juicio de los tres ha sido clave para alcanzar el éxito en Tercera.
"El espíritu de equipo es la clave de este éxito, creo que la configuración de la plantilla fue el primer acierto", afirmó Leiva, quien insistió en que, aparte de su calidad futbolística, todos los jugadores de la plantilla "demostraron ser magníficas personas" y antepusieron siempre el colectivo a sus pretensiones individuales.
En este sentido, Rufi relató una anécdota crucial: la de un jugador que, tras sufrir un accidente de moto que le llevó al hospital, a la mañana siguiente fue a trabajar y después se incorporó al grupo, a petición propia y pese a sufrir fuertes dolores, para jugar un partido clave, nada menos que contra el Caudal. "Se presentó en Mieres, se puso las botas y se puso a jugar. Con dos cojones", exclamó el capitán, admirado por el compromiso de su compañero. Rufi también explicó su apuesta personal por el club, al que según reveló se unió porque le llamó Corsino. "Cuando llegué, le dije que no me iría de Noreña sin jugar una promoción de ascenso", señaló el jugador, que ha demostrado ser un hombre de palabra.
Pero además de la salud deportiva de la entidad, los asistente se interesaron también por el estado de las instalaciones del club, que lleva varios años reclamando un campo de césped artificial para sustituir al terreno de arena, en el que incluso entrena el primer equipo. "En verano, aquello es bastante peor que bajar al Sotón. A veces deseamos que llueva, porque es más fácil jugar cuando está mojado", afirmó Mori. Una carencia que da aún más lustre al éxito del Condal.
