Gijón, J. J.

Rubén Biempica acaba de ver reconocidos siete años de trabajo con un sobresaliente cum laude a su tesis doctoral, que lleva por título «La prevención del dopaje. Importancia de un modelo informativo y educativo entre los jóvenes futbolistas federados», presentada el pasado 9 de julio en la Universidad de León. El preparador físico gijonés trabaja actualmente en el IES Montevil y el Grupo Covadonga, tras pasar alrededor de diez años en el Sporting, tres de ellos en el primer equipo, donde coincidió con entrenadores como Benito Floro o Ricardo Rezza.

-¿Cuánto tardó en hacer la tesis?

-Yo empecé con ello en el trabajo investigador de la licenciatura, estoy hablando del año 2000. Detrás de estas 700 páginas están muchas más horas de estudio que no se reflejan aquí, pero que son indispensables. Fueron siete años de estudiar mucho.

-¿Quién fue el director de la tesis?

-Fueron dos: Miguel Díaz y García Conlledo y Marta Zubiar González. El primero es catedrático de Derecho Penal de la Universidad de León, y ella, la vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. En el tribunal estuvieron representantes de la Facultad de Derecho, de la Comisión Antidopaje de la Federación Española de Fútbol, de la Facultad de Fisiología, el INEF de León y un profesor de Didáctica de la Universidad de Granada. Fue un tribunal que abarcaba muchas facetas, porque la tesis así lo hacía, ya que es eminentemente sociológica.

-¿Por qué escogió este tema para su tesis doctoral?

-Una vez que terminé los estudios, vi que había la posibilidad de seguir con un catedrático de Derecho Penal que está muy puesto en temas de dopaje, Miguel Díaz y García Conlledo, y era un tema que me interesaba porque estaba empezando a ponerse, tristemente, de moda. Era por el año 2000 y acababa de celebrarse la primera Conferencia Mundial Antidopaje y salió a la luz el «caso Festina». También me di cuenta de que era un tema muy desconocido, incluso entre los profesionales, y estaba excesivamente en manos de los médicos.

-¿Le llamó la atención algo en especial en esos estudios previos a la elaboración de la tesis?

-A medida que investigaba, me di cuenta de que había un gran despliegue en materia de represión, pero se trabaja poco el aspecto de prevención. Por ese motivo quise hacer especial incapié en el aspecto preventivo desde la educación. Actualmente, el dopaje está considerado como un asunto de salud pública.

-¿Circunscribirlo al mundo del fútbol se debe a su vinculación con él o los resultados son extrapolables a otros deportes?

-La tesis tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera es una revisión del problema y en la segunda hago un estudio sociológico basado en un cuestionario que se pasó a 600 futbolistas asturianos en edad juvenil, para lo que fue indispensable la colaboración de la Federación Asturiana de Fútbol y, en especial, de su presidente. Este estudio demuestra la falta de información que existe entre los futbolistas de esta edad, por lo que se justifica la necesidad de planes de formación. Los resultados sí pueden ser extrapolables a la juventud en general en España.

-Además de analizar el problema, ¿aporta soluciones?

-El objetivo de esta tesis es demostrar la necesidad de abordar planes informativos y educativos. Con este estudio también pretendo indicar por dónde deben ir las líneas de actuación, porque hasta ahora se trabajaba un poco por intuición, se hablaba a los chavales de la lista de productos prohibidos y poco más. Lo que me interesaba es que la tesis fuese útil. El dopaje es un tema de actualidad, y por eso incluyo una serie de ideas de como abordar este problema, que es un problema social, no algo que atañe sólo a los deportistas.

-¿Quién cree que debe abordar la solución de este problema?

-Por un lado, los propios técnicos que van a trabajar con los chavales deben estar informados y generalmente no lo están. Hasta ahora es un tema que se deja en manos de los médicos, y éstos, en muchas ocasiones, no lo están. La sociedad, en general, también tiene que tomar una postura sobre este tema, aunque sea como mero espectador. Pongamos como ejemplo el Tour, ¿los espectadores quieren una carrera con dopaje? Deben decidir: yo esto lo veo, o no lo veo. Por eso debe implicarse todo el mundo. Entre los deportistas debe implicarse más a los técnicos. Hay un espacio que hay que rellenar y que creo que el Consejo Superior de Deportes lo está tratando de hacer con la creación de unidades didácticas en los cursos de monitores o entrenadores, e incluso entre los propios chavales. Es un tema que no está dentro de las enseñanzas, que no se aborda en el colegio y que debería abordarse, como las drogas, en general, para que llegue a los chavales.

-¿Hay especial incidencia del dopaje en el ciclismo, o es que en este deporte se está actuando de manera diferente a otros deportes?

-En la primera parte de la tesis hablo de este tema. El ciclismo es un deporte que prácticamente desde su inicio está salpicado por el dopaje. El primer deportista que fallece oficialmente por el consumo de sustancias estimulantes fue un ciclista en 1896, Arthur Linton, pero ahora es el deporte que parece que lo está pagando todo y tal vez es porque esté tratando de limpiar su imagen. La porquería sólo aparece cuando se levantan las alfombras. ¿Existe dopaje en el fútbol? Mientras no se realicen controles no se puede saber. Es cierto que hay deportes, como el ciclismo, el atletismo, la halterofilia, el piragüismo, el esquí de fondo,... que por su exigencia física son los más amenazados por este problema, pero no son los únicos. Yo, en esta tesis, presento y documento más de 200 casos en el fútbol con su correspondiente sanción.