real madrid 3

almerÍa 1

Madrid,

Sara ROMERO ESTELLA

El Real Madrid se impuso a un competitivo Almería (3-1), tras un encuentro en el que los de Schuster encontraron serias dificultades para superar la presión andaluza en el centro del campo y en el que los de Emery dejaron claro que tienen mucho que decir esta temporada en Primera.

Era un duelo que el Almería no estaba dispuesto a dejarse ganar. El conjunto andaluz exhibió su personalidad desde los primeros instantes de juego. El Madrid tardó en reaccionar ante la insistente presión ofensiva de su rival. La conexión Guti y Sneijder, que tan buenos resultados había dado en las dos jornadas anteriores, no terminaba de producirse. Tal vez el holandés necesitaba adecuarse a la banda izquierda, ya que era la primera vez que Schuster contaba con él en ese carril.

El centro del campo concentraba la mayor tensión del partido. Con Juanito y Soriano cortando cualquier pase de Diarra, y con Corona y Ortiz rápidos. Y fueron ellos quienes dejaron en evidencia a la defensa madridista.

Sólo Guti y Raúl se perfilaban como alternativas para abrir el marcador a favor del equipo blanco, aunque las posibilidades eran contadas. Precisamente, fue el capitán quien recuperó la pelota en el centro del campo y se lanzó al ataque. Su disparo desde fuera del área lo tocó Cobeño, pero Saviola lo mandó al fondo de la red después de que rebotara en el palo. Sin embargo, la presión andaluza desactivaba la calidad madridista. Ante esta situación, Schuster remendó los desgarrones de su once. Dio entrada a Drenthe, para sustituir a un ineficaz Heinze en el lateral izquierdo, y dotó de su oportunidad a Higuaín, en detrimento de Robinho, que no terminó de encontrar su sitio. Los cambios y la expulsión de Crusat por una dudosa entrada sobre Saviola al borde del área, facilitaron las cosas al Real Madrid.

Sneijder deleitó con un gol de falta, igual que la de Villarreal, y el público le ovacionó en pie. Una celebración que cortó Uche, quien tras una gran jugada personal se deshizo de Cannavaro y batió a Casillas, para resarcirse del tanto que Álvarez Izquierdo le anuló en los primeros minutos de la segunda mitad. Un minuto después, a punto estuvo de empatar Felipe Melo, y eso que su equipo jugaba con diez.

Pese a la inferioridad numérica, el Almería no se achantó. El Madrid encontraba dificultades para aprovechar su ventaja en el campo. Quien rentabilizó su oportunidad fue Higuaín, que sorprendió a Cobeño con una vaselina a tres minutos para el final. A partir de ahí, el partido quedó sentenciado a favor del Madrid, que no comenzaba la Liga con tres victoria consecutivas desde la temporada 1991/92.