Oviedo,

Celso A. SANJULIÁN

El gol del vallisoletano Pedro López a Iker Casillas fue la sensación de la pasada jornada en Primera División. Un magnífico tanto que dio la vuelta al planeta y que a estas horas ya ha sido analizado con pelos y señales. El propio portero madridista reconoció que había sido un golazo. Pero, atención, no el mejor. Ese lugar de honor se lo atribuye al que en junio de 1999 le marcó en el campo de El Pardo el futbolista naviego Marino Solares. A diferencia del «mediático» tanto del Nuevo Zorrilla, el del recinto de Navia sólo lo pudieron presenciar unos pocos cientos de espectadores. Un gol que seguramente habría caído en el olvido de no haberlo rescatado ahora el propio Casillas.

El teléfono móvil de Marino Solares lleva tres días que echa humo. Al ex jugador y ex entrenador del Navia, ahora responsable técnico del Andés, este subidón mediático le ha pillado por sorpresa. Y lo primero que declara es que «Iker ha tenido un gran detalle de humildad, lo que es más de resaltar cuando se trata de uno de los mejores deportistas del país. Con todos los campos que ha pisado y los grandes futbolistas que ha tenido enfrente, va y se acuerda de mí...».

Marino no oculta que está halagado porque, en efecto, considera que «fue un buen gol; recuerdo que nosotros estábamos atacando y la defensa madridista había realizado un rechace; el balón me cayó bien, y casi desde el centro del campo enganché un disparo a bote pronto que se coló».

El partido en cuestión era un Navia-Madrid C de la fase de ascenso a Segunda B. El equipo local, entonces entrenado por el gijonés Rogelio García, venía de ganar fuera al Celta B y tenía opciones al cambio de categoría. Así que adelantarse frente a todo un filial del Madrid llevó el delirio al graderío de El Pardo. Y Casillas jugaría en Tercera, pero no era un cualquiera. Recuerda Marino que «él ya era todo un campeón del mundo, pues apenas un mes antes había ganado con España el Mundial sub-20 de Nigeria. Y ya se sabía que haría la pretemporada con el Madrid».

Testigo del gol fue el entrenador Rogelio García, que apreció en Casillas a un portento de portero. Recuerda que «le dimos muchísimo trabajo, sobre todo en el primer tiempo, pero hizo paradas increíbles. Y también tuvo su dosis de suerte, porque Vicente envió un penalti al poste. Al final nos ganaron 1-3, pero eso no tapa el magnífico gol de Marino. A estas alturas, y visto dónde ha llegado Iker, es muy de valorar que se acuerde de aquel partido de El Pardo. Para los que formamos la gran familia del Navia no deja de ser un motivo de orgullo».