Gijón, Pablo GONZÁLEZ

La Ponferradina se sumó a la lista de los equipos que esta temporada se han visto perjudicados por la conexión que forman Barral y Omar. A pesar de que ésta no es la pareja de vanguardia preferida por Preciado, cuando las lesiones o las sanciones lo han requerido la pareja ha sido letal. Su idilio en el campo comenzó en la segunda jornada. Congo aún no está listo para jugar tras su reciente fichaje por el Sporting. Preciado había probado a De Lucas en la mediapunta en el partido inaugural. Pero en el Artés Carrasco prefirió optar por Omar como acompañante de Barral.

La prueba salió bien: el primer gol fue para el gaditano, el segundo y último, para el avilesino. A la jornada siguiente llegó la Ponferradina. Esta vez, gol de Barral, y los tres puntos se quedaron en casa. Barral y Omar no volverían a compartir línea hasta el partido en Mendizorroza. Fue el único empate que hasta la fecha han cosechado los rojiblancos. La penúltima actuación del dúo se remonta al partido en casa contra Las Palmas. Barral volvió a mojar, y el Sporting en ascenso. «Todos los delanteros del equipo nos compenetramos muy bien. Aunque sí que es cierto que casi siempre que hemos jugado juntos se ganó», resume Omar.

La última actuación de la pareja tuvo lugar el pasado sábado en Ponferrada. Con Congo sancionado, Preciado volvió a tirar de Omar para el ataque. Y de nuevo la química funcionó. El 0-1 para Barral, y el 0-2 para Omar. Aunque Omar tuvo que vérselas con su compañero para poder lanzar la pena máxima que él mismo provocó. «No dimos una buena imagen, pero son cosas de este oficio. Es un tema que está resuelto. Será el entrenador el que tome la decisión cuando nos piten otro penalti para que no se repitan este tipo de cosas», apuntaba Omar tras el entrenamiento de ayer. El avilesino marcó su tercer gol con la camiseta del Sporting, todos ellos fuera de casa, y con victoria. El primero lo marcó en Pasarón ante el Pontevedra en la temporada 2004-05. Se ganó 1-2. El penúltimo, en Lorca (0-2). Y el último en Ponferrada.

«No me llegué a obsesionar con la falta de gol, pero llevaba mucho tiempo sin marcar y a un delantero siempre le gusta marcar. Espero que sea un punto de inflexión y a partir de ahora vengan muchos más goles», sentencia Omar tras romper su sequía y ayudar a cerrar una de las peores rachas del Sporting.