Gijón, Pablo R. GUARDADO / Víctor RIVERA

El Sporting está consternado por el fallecimiento de Manuel Calvo Pumpido, quien fuera accionista de la entidad en sus primeros años como sociedad anónima. Calvo Pumpido, que llegó a ser presidente del Sporting durante un corto período de tiempo, hizo carrera como empresario conservero y también en el mundo de la publicidad, sector por el que llegó al Sporting. Manuel Calvo Pumpido (Carballo, La Coruña) falleció en Madrid, donde tenía fijada su residencia, a la edad de 68 años, tras pasar varios años luchando contra una terrible enfermedad.

Sus restos mortales descansan en el tanatorio del Parque de la Paz, en Villalba, donde este mediodía se celebrará el funeral por su eterno descanso, tras lo que será incinerado. El Sporting ha enviado una corona.

Manuel Calvo Pumpido entró en el Sporting en 1992, cuando una nueva ley socialista obligó a los clubes de fútbol a convertirse en sociedades anónimas deportivas. Calvo Pumpido compró el mayor paquete de acciones (en torno a 60 millones de pesetas) y puso como presidente a Eloy Calvo Capellín. El propio Pumpido asumiría la presidencia entre mayo de 1994 y octubre del mismo año, hasta que fue prácticamente expulsado del club cuando el entonces alcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces, vendió el paquete de acciones del Ayuntamiento a José Fernández y su socio González de Caldas.

Manuel Cosío Meana fue directivo con Manuel Calvo Pumpido, al que le unía una gran amistad. «Ante todo fue una gran persona, un amigo de sus amigos, y al Sporting le ayudó en épocas muy pasadas porque llevó también la publicidad de El Molinón durante varios años», recuerda el empresario gijonés.

En estos momentos difíciles, Manuel Cosío recuerda una anécdota que ejemplifica el apoyo que Calvo Pumpido siempre le dio al Sporting: «Una de las primeras veces que vino a Gijón, que ficharon a Fanjul, uno que jugaba de delantero centro en Pamplona, estaban esperando los del Osasuna por el talón de él».

Fuera de Gijón, Manuel Calvo Pumpido aún era vicepresidente del Grupo Calvo, famoso por sus conservas y en los años noventa revolucionó el mundo de la publicidad con una innovadora campaña para promocionar su atún y cuyo eslogan se convirtió en muletilla habitual de muchos españoles.

Manuel Cosío evita recordar cómo salió Calvo Pumpido del Sporting: «Lo echaron de aquella manera, que vale más no recordar. Fue una jugada. Se marchó desencantado, pero seguía siendo sportinguista, y debe de tener todavía a nombre de los hijos bastantes acciones. El Sporting lo llevaba un poquitín dentro de él».