Gijón, Víctor RIVERA

La baja de Kike Mateo, el gran especialista de la mediapunta rojiblanca, ha obligado a Preciado a buscar soluciones. La falta de un sustituto claro para el murciano ha llevado al técnico a variar su sistema de juego habitual. Del 4-2-3-1 se ha pasado a un 4-1-4-1. No supone un cambio traumático y, además, apenas afecta a los futbolistas del centro del campo. Uno de los que han visto modificada su posición habitual ha sido Míchel. La posición que ocupó en Vigo y que ocupará ante el Nàstic es nueva esta temporada, pero el lenense la conoce a la perfección.

«Con Ciriaco ya jugué en esta posición y la ocupé durante un año casi entero, así que no me resulta inusual», confesó ayer el de Pola de Lena. Al igual que Matabuena, Míchel da un paso adelante para formar una línea de cuatro junto al cántabro y los dos hombres de banda. La espalda se la guarda Iván Hernández, quien hasta ahora había alternado las posiciones de central y de centrocampista y ahora se sitúa como pivote único entre ambas líneas.

Míchel explicaba ayer las causas que podrían haber llevado al técnico a realizar esta variante táctica. «Por las ausencias que hay, el entrenador ha optado por esta ubicación. Hay que jugar en todas las posiciones e intentar hacerlo lo mejor posible», argumentó el rojiblanco. Con el nuevo sistema, Preciado refuerza el centro del campo en intento por salvaguardar su propia portería. El primer intento en Vigo no dio el resultado deseado.

«No estoy descontento, porque todo el mundo quiere atacar más y jugar», confiesa Míchel. Y es que en la nueva ubicación se espera que el lenense tenga una mayor presencia en el área rival. El de Pola de Lena también podrá lucir su poderoso disparo. «Espero hacerlo lo mejor posible y demostrarle al entrenador que puede confiar en mí», insistió.

Míchel restó importancia a su nueva ubicación porque «es una posición similar a la habitual, aunque cambia el posicionamiento en el campo porque tienes que llegar más arriba y jugar de espaldas».

Preciado se mostró en los últimos días un poco molesto con el resultado que dio el nuevo sistema ante el Celta, y Míchel lo corrobora: «En Vigo la primera parte no nos salió muy bien. Hay que solucionar esos errores e intentar llegar a más, como en el segundo tiempo, en el que tuvimos más ocasiones».

En cuanto al rival que se van a encontrar, Míchel avisa de que «el Nàstic tiene muy buen equipo, con muchos jugadores de calidad, y tenemos que estar muy atentos porque una individualidad de cualquiera de sus jugadores puede desequilibrar».