Luanco,

J. FERNÁNDEZ / I. U.

El Marino acusaba el pasado diciembre la escasez de efectivos de banda, y José Luis Quirós decidió apostar por Álex, extremo zurdo de 21 años, como solución provisional a un problema que se agravó con la lesión de Ñoño. El experimento agradó al entrenador, que mantuvo al jugador en el once de manera ininterrumpida y el domingo vio premiada su decisión con un gol que puede acercar a los luanquinos a la permanencia.

El futbolista, que en la primera vuelta también consiguió un tanto por valor de tres puntos ante el Lugo, confiesa que el mérito de la diana que le marcó al San Isidro fue «lograr llegar al área en ese minuto». Exactamente, en el 87, cuando el Marino se preparaba para volver a casa, una vez más, con las manos vacías. «Ya tocaba ganar fuera, y qué mejor que este encuentro tan importante. No es que no quisiéramos pero, por una cosa u otra, no se nos dio».

Desde su nueva demarcación el joven jugador se ha visto obligado a «cambiar el chip y aprender a mirar hacia atrás en lugar de hacia adelante» como acostumbraba la pasada temporada en el extremo izquierdo del Condal. El zurdo reconoce que el equipo luanquín basa su juego en una férrea defensa y lamentó que los goles acompañen menos de lo debido: «es nuestro talón de Aquiles».

La victoria frente al San Isidro deja al conjunto azulón fuera de la zona de peligro, pero según Álex, el buen momento de resultados no nubla la vista de una plantilla que sufre en cada encuentro, con la soga pendiendo sobre su cabeza. «Por lo menos nos hemos quitado la presión de ganar el primer partido lejos de nuestra casa», apuntó.

La siguiente jornada los luanquinos tendrán la oportunidad de confirmar su brillante racha frente al Pájara Playas de Jandía, a las 17.00 horas, en Miramar. Quirós deberá prescindir de los sancionados Pantiga, Pablo Lago y Nacho García, así que Álex podría volver al extremo si el técnico opta por recolocar a Ñoño en el lateral.