Avilés, Juan C. GALÁN

A las siete de la tarde de ayer, la oficina de la Agrupación Deportiva La Curtidora en el polideportivo de Los Canapés aparecía desierta. Tan sólo el actual presidente Rufo Álvarez y el secretario Miguel Suárez atendían alguna esporádica llamada telefónica, nada reseñable. Lo cotidiano del momento chocaba frontalmente con un dato importante: el plazo para la presentación de candidaturas finalizaba una hora más tarde. Al cabo de 60 minutos, la situación era igual de desoladora. Ningún socio apareció en el local con una candidatura milagrosa.

Rufo Álvarez se tomó el asunto con filosofía. En realidad, la ausencia de candidaturas en el plazo fijado era algo que la actual directiva tenía más que asumido. No obstante, el actual presidente de La Curtidora no podía evitar cierto poso de decepción tanto en su mirada como en sus palabras. «Claro que estoy preocupado. Estoy muy preocupado», subrayó Álvarez. Y es que la falta de relevo en la presidencia fuerza a que el club quede ahora en manos de una junta gestora, un extremo al que en los albores de la temporada, cuando Rufo Álvarez anunció que esta sería la última en la que ejercería de presidente, nadie en la junta directiva podía creer que se llegaría.

La gestora, presidida por el propio Rufo Álvarez y compuesta por la actual junta directiva, tiene tres meses para convocar nuevamente elecciones. No será el caso. Las exigencias de la Federación Española de Voleibol, que impone que los equipos estén inscritos antes del mes de junio, obligan a la junta gestora a acelerar el proceso. Así, Rufo Álvarez sopesaba ayer convocar las elecciones en la primera quincena de mayo. La fecha definitiva saldrá de una reunión que hoy mantendrá la directiva.