Gijón, Víctor RIVERA

El Real Sporting de Gijón SAD celebrará le próximo 23 de abril (Gran Hotel Jovellanos) una junta extraordinaria de accionistas de la que José Fernández saldrá reforzado como dueño casi absoluto del Sporting. El motivo de esta junta será el de materializar la ampliación de capital, por compensación de créditos, a favor de los acreedores que han optado por esta vía, ya sea voluntariamente u obligados por la ley, como es el caso de José Fernández y de la empresa «Por el futuro y la estabilidad del club».

En otras palabras, esta junta servirá para hacer oficial la conversión en acciones de la deuda que el club tenía con algunos acreedores. Por el momento, son siete las personas físicas o jurídicas que han aceptado esta vía, que permite al club reducir sensiblemente su deuda sin tener que hacer frente a un desembolso económico. Los dos más importantes serán José Fernández, a título particular, con 2.147.668.31 euros y «Por el futuro y la estabilidad del club», empresa de la que son dueños el propio Fernández y José María González de Caldas, con 1.142.656,24 euros. También las empresas de representación de futbolistas BOSS, Tamargo Asesores y Of Service, además de José Antonio Ordóñez y Juan Eraña entran en el accionariado del club.

En total, el Sporting amortizará 3.333.566,7 euros (una vez aplicada la quita del 50%). Es decir, que está gestión ahorra mil cien millones de las antiguas pesetas al club. El capital social del Sporting quedará fijado el próximo 23 de abril en 7.068.000,4 euros, de los que José Fernández, ya sea directamente o a través de sus empresas, controlará en torno a 5,15 millones de euros. En otras palabras, el peso específico de José Fernández en el accionariado del Sporting pasa del 45,7% que controlaba antes (junto a De Caldas), al 73,56% que pasará a manejar a partir del día 23 de abril (siempre sumando las acciones que posee a título individual a las de «Por el futuro y la estabilidad del club»).

La realidad es que, a efectos prácticos, no se esperan grandes cambios en el rumbo del Sporting, que ya manejaba José Fernández a su antojo durante los últimos años.