Avilés, I. U.

Los dos encuentros que Iván González ha vivido desde el banquillo del Avilés han sido suficientes para que el entrenador haya percibido un desperfecto en su nuevo juguete que ha costado un gol por partido. Los blanquiazules han encajado dos tantos en acciones a balón parado, en sendos despistes que el pixueto confía erradicar lo antes posible. Sus pupilos tendrán ocasión de demostrar la mejoría mañana a las 19.45 horas en el campo del Langreo.

«El que nos metió el Astur fue fruto de un despiste, nos marcó el jugador más bajo, no de la plantilla ovetense, sino de todos los que estaban sobre el campo», advirtió con cierta sorna el técnico. El Avilés regresará hoy al trabajo en La Toba para limar ese tipo de fallos que pueden costar caro si no se corrigen a tiempo. «Repasaremos las estrategias y los movimientos defensivos, aunque creo que se trata sólo de falta de concentración, de un despiste aislado».

González también apreció cierta frialdad en sus jugadores y en el equipo rival en los minutos iniciales del encuentro en el sintético del Hermanos Llana, aunque indicó que las imprecisiones y el bajo ritmo que le imprimieron al encuentro remitieron en una segunda mitad más parecida a lo que quiere que sus futbolistas desarrollen en lo que resta de campaña.

En el lado positivo de la balanza el pixueto colocó el renacer goleador de Héctor, que parece haber afinado la puntería para marcar cinco dianas en los últimos seis partidos. El ariete consiguió dos nuevas muescas frente al Astur, y ya son nueve las que adornan su cuenta personal. Iván reconoció que el jugador es muy trabajador en los entrenamientos y confía en que su dulce momento se prolongue esta semana. «No sabría decir si le ha beneficiado jugar con un 4-4-2, creo que es cuestión de rachas».