Oviedo, J. M. FELGUEROSO

La plantilla del Oviedo cambió ayer su clásica sesión de recuperación después de un encuentro en El Requexón por un plan más variado y más atractivo para los jugadores, ya que que el preparador físico, Fredy Valdés, consideró oportuno que era el momento ideal para cambiar de escenario de trabajo y llevarlos a realizar la Ruta del Alba, en el concejo de Sobrescobio.

A pesar del cambio, Fredy Valdés señalaba que «los contenidos que hicimos son los mismos que si se hubiese trabajado en El Requexón. Lo que pretendemos con ello es seguir cohesionando el grupo y fortalecernos aún más para afrontar en las mejores condiciones posibles la fase de ascenso».

A las nueve de las mañana estaban citados los jugadores, tanto los que jugaron ante el Candás como los que arrastran molestias físicas, en el Carlos Tartiere. Desde allí en autocar el cuerpo técnico y la plantilla se desplazaron hasta Soto de Agues para realizar la Ruta del Alba por un paraje de suma belleza y que encantó a los jugadores.

A pesar de estar lejos de El Requexón, la sesión tuvo un carácter regenerativo para aquellos que jugaron más minutos ante el Candás, mientras que el resto tuvo un trabajo más duro. Tras realizar los habituales ejercicios de estiramiento, los jugadores realizaron diversas series de carrera continua mientras que completaban la ruta de aproximadamente unos diez kilómetros de recorrido. Juan Luis tampoco se quiso perder el trabajo y estuvo presente, aunque en algunas ocasiones, cuando sus compañeros corrían, iba con ellos pero en bicicleta. Ni el delegado del equipo Marcelino Salazar se perdió la caminata.

Una vez finalizada la ruta, los titulares ante el Candás se retiraron, mientras que el resto participó en un partido de entrenamiento en una cancha cubierta y donde participaron como uno más el técnico Paco Carrasco, el entrenador de porteros Vito y el preparador físico, Fredy Valdés.

La jornada de confraternización, pero no exenta de duro trabajo, finalizó con una comida donde la fabada y el arroz con leche fueron los manjares predilectos y que sirvieron para recuperar fuerzas tras el exigente esfuerzo. Fredy Valdés reconocía que el trabajo que realizaron «no fue más allá de las carreras regenerativas que hacemos todos los lunes. No hubo ninguna finalidad de mejorar porque tampoco sería productivo al venir de un gran esfuerzo como el del partido ante el Candás. Sirvió fundamentalmente para recuperar las piernas y oxigenarse un poco más. Además, los jugadores estaban muy contentos con el cambio de escenario y hemos intercambiado opiniones. Ha sido un día de convivencia muy agradable».