Barcelona, Efe

El Barcelona aún no quiere lanzar la toalla en la Liga y se aferra a un último instante para cobrar cierta moral en el campeonato, aprovechando hoy la visita de un Espanyol en horas bajas e inmerso en una crisis de juego y de resultados.

Ante este panorama del rival, el Barça pretende revitalizarse a la espera de disponer de alguna pequeña opción en la Liga, aunque ello sólo se plasma con una victoria barcelonista en el Camp Nou y una derrota del Madrid contra el Racing para impedir que se inicie la cuenta atrás para el canto del alirón.

El jueves, uno de los capitanes del Barcelona, Xavi Hernández, habló de «milagro» que el conjunto catalán acabe con el título liguero en las manos. A este respecto, se le preguntó ayer a Rijkaard. «Primero hay que creer, y después, ver. Cuando crees, todavía hay milagros imposibles», señaló.

El Barcelona recuperará a Deco, aunque no se espera que salga de titular, y sí un medio del campo integrado por Xavi, Touré e Iniesta. Rijkaard dará más minutos a Leo Messi, para adaptarlo ante el doble compromiso contra el Manchester United. También regresará a la convocatoria el francés Henry, de baja la semana pasada por unos problemas musculares.

El Barcelona desea también vengar el empate que obtuvo el Espanyol la temporada pasada en el Camp Nou y que encarriló la Liga para el Madrid, tributo que la entidad madridista premió con un aplauso cerrado en el Bernabeu a Tamudo, autor del 2-2.

El Espanyol de Ernesto Valverde, en horas bajas, se presenta en el Camp Nou sumido en una profunda depresión futbolística, fruto de la pésima segunda vuelta, en la que sólo ha sumado nueve puntos y en la que ha desperdiciado una magnífica oportunidad para jugar en Europa la próxima campaña.

El objetivo inmediato de los blanquiazules es reencontrarse, recuperar su identidad y los valores que le llevaron a ser una de las revelaciones de la temporada. Ernesto Valverde desea que los jugadores se rebelen contra este complicado momento, pero da la sensación de que en el vestuario no queda ni un ápice de confianza.