Fin de semana que no lo salta ni Megan Fox. Se juegan unos cuantos títulos de las mejores ligas de Europa y se juegan las posibilidades de ascenso a Primera en varios campos. Juanma Lillo, el entrenador de la Real, el gran rival del Sporting se pongan como se pongan los finos analistas, quiere dormir hoy en ascenso. Es lógico que quiera tener un sueño feliz a la espera de lo que hagan los rojiblancos frente a los discípulos de Procopio. El partido de esta tarde en Málaga, ofrecido con buen tino por la TPA, es una de esas citas que marcan el devenir inmediato de los protagonistas. El Málaga del cotizado Muñiz, que no se moverá de Málaga sea cual sea la oferta que reciba, apela a su solidez casera para mantener las distancias. Lillo y los suyos saben que no pueden perder más salvo que quieran entrar en la dinámica de más años en Segunda.

Este fin de semana se juegan otros partidos de enorme interés que incluso pueden provocar la solución del título, que tiene un color más blanco que el merengue. Para ello habrá que esperar a las once de la noche de mañana por aquello de la dictadura de los horarios televisivos y siempre que los resultados de Villarreal y Barcelona sean los adecuados a los intereses blancos. Por lo pronto, el Barcelona deja en casa a sus jugadores más determinantes. El entrenador quiere decir, se refiere, afirma que no piensa en Mánchester, sino en la salud de sus jugadores. Pues eso, hay que cuidarlos para Mánchester, donde puede dar el golpe del año. Un empate con goles le basta.

Atenta la compañía, que llegan curvas. Media tarde del viernes en los jardines del bien y del mal. El amable lector de Bimenes acude puntual a su cita telefónica y se lanza a realizar preguntas con su habitual retranca: ¿En qué jornada podrá celebrar el Sporting su regreso a Primera? ¿Cuál es la prueba más evidente de la grandeza del Sporting en los tiempos que corren? ¿Cuánto se va a tardar en hablar de la recompra de Mareo?

En ésas se quedó a la espera de la cita televisiva dominical de las cinco de la tarde, después de disfrutar la Lieja-Bastogne-Lieja, la gran clásica ciclista, ajeno a la historia de las tuercas.

El Málaga regala hoy donuts a los primeros dos mil espectadores que lleguen a La Rosaleda. Invitación a la merienda, como invitó hace quince días a desayunar. Estos malagueños acuden al campo con hambre por lo que se está viendo, pero el ansia por el ascenso provoca estas anécdotas de la vida diaria. Hoy lo importante no son los donuts, sino comprobar si Juanma Lillo va a poder abrir las sábanas en posición de ascenso o si va a seguir cuarto.