Gijón, Víctor RIVERA

El Sporting elevó a la máxima potencia sus posibilidades de lograr el ascenso tras la victoria del pasado domingo en el Ramón de Carranza. Los rojiblancos dependen de sí mismos y las cuentas más optimistas, las que maneja el propio Preciado, apuntan a que podría bastar con sumar los doce puntos que aún tienen que disputarse en El Molinón. Lo cierto es que si el Sporting logra completar los 10 puntos (para lo que bastarían con los doce que ha de jugar como local) estará prácticamente en Primera División.

Otra cuestión que invita al optimismo del entorno rojiblanco es el calendario que les queda por delante a los rojiblancos. Se considera un calendario asequible y es cierto que la mayoría de los rivales del Sporting no tendrán nada en juego. Las salidas a Tenerife y Castellón se antojan como las citas más complejas, aunque habrá que ver la situación que ocupan estos dos equipos en la clasificación cuando llegue la fecha del partido ante el Sporting.

El calendario es particularmente benigno en El Molinón. Con el respeto debido a todos los equipos de la categoría, Granada 74, Salamanca, Córdoba y Éibar no deberían suponer un gran obstáculo para las aspiraciones rojiblancas. Ni siquiera, dando por ciertos los rumores que apuntan a grandes incentivos llegados desde San Sebastián. Además de estos cuatro partidos como local, el Sporting tendrá que afrontar tres desplazamientos que, en principio, encierran mucha más dificultad. Tenerife, Alavés y Castellón parecen tres destinos poco propicios. Aunque el interés con el que afronten la visita rojiblanca variará mucho en función de sus propias aspiraciones.

El Granada 74 será la cita inminente. El equipo antes conocido como Ciudad de Murcia será el primero en pasar por El Molinón. Sus buenos resultados de las últimas semanas les han permitido ganar cierta ventaja con respecto a la zona peligrosa de la clasificación. El descenso ha dejado de ser una gran amenaza y llegarán a Gijón sin sentir cerca la Segunda B. A día de hoy, parece una víctima propiciatoria para un Sporting con hambre de gloria.

Tras la visita del equipo motrileño, el Sporting volará a Tenerife. El conjunto chicharrero, al igual que los rojiblancos, es un eterno aspirante a la vuelta a Primera, pero en las últimas semanas ha perdido fuelle. El Tenerife se sitúa ya octavo, a diez puntos del Sporting, y sus aspiraciones de ascenso son prácticamente nulas. Si esta semana no logran un buen resultado, habrán cerrado completamente la temporada.

En esa misma situación se encuentra el Salamanca. El conjunto charro, más preocupado por la posible venta de la plaza que por cuestiones puramente deportivas, deambula por la Segunda División como una bomba de relojería capaz de explotar en lugar más pintado. Su última detonación llegó hace quince días en el Martínez Valero y dio al traste con las aspiraciones del Elche al que goleó en su propio estadio.

Tras la visita charra a El Molinón, el Sporting viaja a Vitoria. Sin Josu Uribe en el banquillo, el encuentro pierde rivalidad directa, aunque son muchos en Mendizorroza los que aún recuerdan el accidentado partido de la primera vuelta. Con el refuerzo de lujo del delantero asturiano Adrián, que ya marca goles a pares, el Alavés trata de alejar el fantasma del descenso. Además, ya se sabe que podrían ver con buenos ojos la posibilidad de echar una mano a la Real Sociedad.

De los visitantes al feudo gijonés, el que más se juega es el Córdoba. El conjunto verdiblanco es penúltimo, pero ve muy cerca la salvación. No obstante, cuando el Córdoba aterrice en Gijón ya se habrán disputado otros doce puntos que pueden clarificado la situación del equipo andaluz. O no. Y ya se sabe que a Preciado no le gusta nada medirse a equipos que «huelen a Segunda B».

La última salida de la temporada llevará al Sporting a Castalia. El conjunto albinegro se ha colado por sorpresa en la fiesta del ascenso y ha llegado al tramo final de la competición como una seria alternativa a Málaga, Sporting y Real Sociedad. Aunque son pocos los que confían en sus posibilidades, lo cierto es que el Castellón sigue enganchado al ascenso cuando sólo quedan siete partidos. Lo mejor que le puede pasar al Sporting es que, cuando lleguen a Castalia, sus rivales no se jueguen nada en absoluto. Por si las moscas, varias peñas rojiblancas han reservado viaje a Castalia.

Como si el destino quisiera saldar una cuenta pendiente con el Sporting, los rojiblancos cerrarán la temporada en El Molinón ante el Éibar, un equipo que trae los peores presagios. El encuentro puede ser decisivo o intrascendente, en función de que los diferentes candidatos al ascenso hayan hecho o no sus deberes.