Madrid,

Adrián R. HUBER / Efe

El Barcelona hizo ayer el pasillo al Real Madrid, flamante campeón de la Liga española, antes del clásico que enfrentó a ambos equipos en el Bernabeu, donde la afición local botó, entonó el grito de «Campeones, campeones» y se acordó del camerunés Samuel Eto'o, ausente por sanción.

Los jugadores del Barcelona ejercieron con deportividad la norma no escrita de homenajear con el pasillo al ganador del torneo y así lo hicieron cuando el conjunto madrileño, encabezado por el capitán Raúl, saltó al terreno de juego. Todos los titulares, más el técnico blaugrana, el holandés Frank Rijkaard, aplaudieron y chocaron las manos con los ganadores de la Liga 2007-2008.

Mucho tiempo se llevaba hablando de lo que, al final, aconteció. Cuando la ventaja del Madrid parecía lo suficientemente amplia para que se anotara su trigésimo primer título de Liga, comenzaron las conjeturas en torno a la posibilidad de que los blaugranas tuvieran que hacerle el pasillo a los blancos en el encuentro del Bernabeu.

Y el Barcelona hizo ayer el pasillo, pero en el mismo no estaban ni Eto'o ni Deco, que vieron la quinta tarjeta amarilla contra el Valencia y tuvieron que descansar por sanción.

Casualidades de la vida, según manifestaron los propios jugadores, que se quitaron del medio, en opinión de otros muchos. Percepción que reforzó la declaración del propio Rijkaard, que indicó que en el descanso de un partido que su equipo ganó con claridad (6-0) había advertido a ambos de la citada circunstancia. Eto'o, que se formó en las categorías inferiores del Madrid, espectacular siempre, tanto dentro como fuera del campo, generó una gran polémica cuando el Barça ganó su última Liga, hace dos años.

En la celebración del título, en el césped del Camp Nou y ante su afición, embriagado por la euforia, Eto'o agarró el micrófono e ideó el «Madrid, cabrón, saluda al campeón», un cántico por el que más tarde el delantero africano pidió disculpas, que fueron aceptadas, según explicó no hace mucho el propio Iker Casillas, por los jugadores blancos.

La que ni olvidó ni perdonó fue la afición del Madrid, que, además de botar y entonar el «Campeones, campeones», no dejó pasar la ocasión de dirigirle al camerunés, con arreglos, su propia cancioncilla. El Bernabeu se vengó. Entonó el «Eto'o, cabrón, saluda al campeón».