Málaga, Área 11

Sin historia. El Farho Gijón se presentó en el pabellón del Axarquía pero no llegó apenas a jugar, con los jugadores evidenciando en la cancha los problemas económicos que arrastra el club, que debe tres meses ya a la plantilla. El encuentro se decantó para los locales desde los primeros compases con diferencias que llegaron a ser de vértigo, como ese 33-9 del primer parcial, rondando después incluso los 40 puntos. Sólo algo de coraje al final, unido a la relajación de los locales, permitió maquillar algo un marcador que, pese a todo, sigue siendo muy doloroso en esta última salida de la fase regular. No se mejora la plaza para el «play-off», y lo que se empeora, y mucho, es la imagen del club.

El encuentro fue una pesadilla para el cuadro gijonés casi desde el arranque. Sólo en los dos primeros minutos se vio algo de equilibrio sobre la pista (5-5). A partir de ahí comenzó la pesadilla de los de Elorduy, que se arrastraban sobre la pista.

En el segundo cuarto el encuentro se movió por parámetros similares, y sólo Matt Kiefer al final, con ocho puntos, lavaba un poco la cara de un conjunto asturiano que entregó la toalla sin oponer resistencia.

No hubo reacción tras el descanso y los locales alcanzaban su máxima renta con con un terrible 75-37. Rajniak era de los pocos que daba la cara, junto a un Wolfram que engordaba sus estadísticas pero cuando ya era una cuestión inútil. El último período sobró por completo, si bien a los de Elorduy les servía al menos para maquillar discretamente un resultado de escándalo.