Gijón, V. R.

«Estoy muy ilusionado». El gijonés Alejandro Menéndez se convirtió ayer en el nuevo entrenador del Celta de Vigo hasta el final de temporada. Tras la dimisión del ex entrenador del Sporting Antonio López, el consejo de administración celeste decidió confiarle el primer equipo a Alejandro Menéndez, quien hasta ahora entrenaba al filial en Segunda B. «Viene precedida por la dimisión de un compañero, pero para mí es una oportunidad de oro y la afronto con mucha ilusión y con mucha responsabilidad», confesó. Menéndez llega al primer equipo para los cinco partidos que restan hasta el final de temporada, pero con el objetivo de ganarse la confianza de la directiva y que le encarguen el próximo proyecto.

No lo tendrá fácil, de entrada, en el vestuario, donde se va a encontrar «un grupo de jugadores, un grupo de personas a las que no les están saliendo bien las cosas». Menéndez, que recibió multitud de felicitaciones desde Gijón, sale en defensa de sus nuevos futbolistas, ya que considera que «un jugador nunca quiere hacer las cosas mal, así que habrá que tener mucha tranquilidad, abrir bien los ojos y darles confianza para que sean ellos mismos». Y anuncia que «vamos a insistir mucho esa labor psicológica».

Además del reto colectivo de enderezar el rumbo del Celta de Vigo, Alejandro Menéndez tiene sus propias metas: «El objetivo es también un reto personal de entrar de lleno en el mundo profesional con un equipo como el Celta, con un gran presupuesto e intentar hacer las cosas bien para que me den una continuidad». El técnico explica que «no creo que sea un caramelo envenenado, porque son cosas que suceden en el fútbol», aunque asume que «la permanencia no va a ser una alegría para la afición, pero tiene que entender que éste no era el año del Celta».