Oviedo, P. R.

Deporte llevado hasta el extremo. La última aventura del praviano Juan Menéndez Granados pone la carne de gallina. Y no precisamente por el frío polar que pasó. Granados recorrió con su bicicleta de montaña en solitario desde Helsinki hasta el Cabo Norte, el punto más septentrional de la Europa continental. Antes había realizado otras expediciones extremas a los Urales o a la Amazonia, por poner sólo algunos ejemplos.

Juan Menéndez Granados inició su aventura el pasado 24 de marzo en la capital de Finlandia y ayer cerró el círculo presentando su hazaña en sociedad en el salón de actos de la Cámara de Comercio de Oviedo, tras haberlo hecho el día anterior en el Antiguo Instituto, en el centro de Gijón. El acto fue introducido por Luis Valdés, director general de Formastur, empresa patrocinadora del deportista, y el coloquio posterior a la proyección fue moderado por el periodista Mario Bango.

Para afrontar su aventura Granados tuvo que adaptar su bicicleta. Utilizó neumáticos con clavos para facilitar el rodaje por la nieve y el hielo. Tirando de su bicicleta y de un pequeño carrito en el que portaba todo lo necesario para sobrevivir, es decir, tienda de campaña, comida y ropa, el praviano inició su aventura «con algunas dudas, pero en seguida le cogí el tranquillo a rodar sobre nieve y hielo».

El primer problema con el que se encontró, las pocas horas de luz solar, ya que a las 15.30 horas oscurecía, lo que le obligó, al principio, a rodar algunos kilómetros de noche. Recorría en torno a los 70 u 80 kilómetros diarios y tras el duro pedaleo no se acababa la jornada, porque «tenía que seguir trabajando. Montaba la tienda, cocinaba, me cambiaba de ropa y me preparaba para el día siguiente».

Con tanto frío «se me congelaba hasta la pasta de dientes». Y «funcionaba mal el gas. Tardaba una hora en hervir un litro de agua para beber y dos horas en hacerme una sopa para comer algo», señaló Granados durante la presentación de su aventura.

«Siempre tengo un truco. Cada kilómetro, cada metro que hago, me lo tomo como un triunfo y me digo: ya queda menos», así pudo llegar con éxito hasta Cabo Norte.