Avilés, Juan C. GALÁN

Ni siquiera el ascenso a la segunda máxima categoría desata la euforia en el seno del Judo Club Avilés. Los artífices del cambio de categoría acudieron ayer a su entrenamiento cotidiano en El Quirinal como el que va a comprar el pan. Sólo rascando un poco afloraba una ligera sonrisa. No es suficiencia. En realidad, los judokas que dirige Carlos Fernández están inmersos en una dinámica ganadora que anula casi cualquier signo de alegría desmedida. La temporada que están firmando los avilesinos es de órdago. Dos medallas en el Nacional absoluto (Hugo Burgos y Omar Martínez), récord de metales en Campeonatos de España en categorías inferiores y, ahora, el ascenso a la Primera nacional. Ni con ese bagaje conceden en el Avilés una oportunidad a la euforia.

Los protagonistas del ascenso explicaban con una naturalidad pasmosa cómo habían alcanzado el éxito. «Sabíamos que necesitábamos ganar uno de los tres combates y ganamos dos», comenta Omar Martínez. Así de simple. Precisamente Omar Martínez fue uno de los integrantes del equipo que más disfrutó del ascenso. No en vano, el judoka avilesino ha conseguido restañar heridas tras una mala racha en forma de lesiones. Un bronce en el Nacional absoluto y el ascenso a Primera son el mejor ungüento.

Las lesiones de Martínez y Marcos Torres, dos de los pilares del equipo, estuvieron a punto de dar al traste con un ascenso casi prioritario para el club. Sin embargo, fue en ese momento cuando el Avilés ofreció una dimensión inesperada. Los junior Jaime Fernández, Héctor Torre y Alberto Estrada se vieron obligados a debutar, y no desentonaron. «Aquí hay mucha calidad. Jaime Fernández, por ejemplo, es subcampeón de España junior», comenta Hugo Burgos, otra de las piezas clave del ascenso del Avilés. «El secreto del ascenso es que hemos coincidido en el equipo dos generaciones muy buenas. Los que ya estábamos en el equipo y los junior, que vienen pegando fuerte», señala Marcos Torres.

Más allá del éxito deportivo, los integrantes del Avilés aprovechan el ascenso para reivindicarse. «No se nos valora como nos merecemos», asegura Omar Martínez. «Es hasta normal que en medios de comunicación tengamos menos espacio, porque el judo no es un deporte de masas, pero desde las instituciones creo que merecemos más atención», añade el judoka avilesino.

Sólo cuando sale a colación la próxima temporada se dejan llevar por la euforia los avilesinos. «El año que viene, a División de Honor. La Primera nacional no es nuestro techo, seguro», advierte Hugo Burgos.