Montecarlo (Mónaco),

Álvaro FAES,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

Fernando Alonso convierte cada sesión de entrenamientos libres en una búsqueda de rivales. En Turquía encontró a Webber y puso al australiano la cruz. Había que ganarle como fuera. Ahora le ha colocado a Rosberg la etiqueta y no parará hasta doblegarle. El camino es entregarse al máximo, como hizo ayer cuando perdió el control en Santa Devota y mandó por los aires el alerón trasero de su monoplaza. «Frené cinco metros más tarde de lo normal, pero fue demasiado».

Olvidado el piloto de Red Bull, el alemán crece como rival, según ve Alonso a priori. «Todo apunta a que Rosberg será el enemigo. Red Bull no parece tan en forma y Williams está rindiendo por encima de lo que ha hecho hasta ahora. Es el rival que más ha crecido y pone en peligro nuestra posición detrás de los grandes, a los que tampoco aquí nos podemos acercar»

El de Alonso fue un choque sin consecuencias, todo lo contrario si es que llega a suceder en la carrera del domingo o mañana en la sesión de clasificación. También Piquet tuvo problemas en ese punto. El español lo atribuyó a la casualidad. «El coche está bien, sin problemas. Lo que tengo que hacer el sábado es frenar un poco antes en Santa Devota y no perder el control. Habrá sido una coincidencia que los dos nos hayamos salido en el mismo punto».

Las mejoras han convertido al R28 en un coche competitivo, al menos respecto al pelotón intermedio. Pero todavía tiene carencias. Alonso, con dos victorias en las calles de Mónaco (2006 y 2007), echa de menos la sensación de dominio en el Principado. «McLaren siempre va bien aquí. El año pasado fue mi victoria más fácil por lo bien que iba el coche. Por eso ahora noto más los problemas». El Renault sale perdiendo en la comparación. «He notado la falta de agarre y más dificultad a la hora de conducirlo, lo que me obliga a estar con los cinco sentidos alerta, mientras el año pasado iba mucho más relajado».

Uno de los temores entre los pilotos es correr en un trazado como el monegasco sin el control de tracción, vigente hasta la temporada pasada. Al R28 le duele más por otros sitios. Alonso no echa de menos la falta de la ayuda electrónica y sí sus carencias en otros aspectos. «En este circuito se pone la máxima carga aerodinámica porque no te penaliza nada en la recta. Veo las cosas más difíciles en cuanto al agarre. Nuestro coche no es de los mejores en ese aspecto y encontré más dificultades ahí que por no tener control de tracción».