Albacete,

J. M. FELGUEROSO,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

Hay un dicho en el mundo del fútbol que asevera que tras un viaje accidentado, partido ganado. Si el aserto se cumple, no hay ninguna duda de que el Oviedo comenzará de la mejor manera posible su asalto a Segunda B, esta tarde, ante el Caravaca.

La expedición oviedista partía ayer, a las 9.15 horas, desde el Carlos Tartiere. Le quedaba por delante un largo camino para llegar hasta Murcia. Pero pronto comenzaron los problemas, ya que, antes de cumplirse una hora del viaje, el reluciente autocar azul, uno de los «grandes fichajes» de la temporada, tenía problemas. En vez de una tendinitis, una «manguitis» (una avería en un manguito).

Una vez resuelto el primer problema, la expedición, con el entrenador, Carrasco, a la cabeza, continuó su marcha, pero en plena autovía de León la «manguitis» reaparecía. Parada en la última estación de servicio, mientras se reparaba la avería, y mientras los eficientes chóferes arreglaban el pequeño desaguisado, el cuerpo técnico y los jugadores aprovechaban para estirar las piernas en la zona del aparcamiento y se marcaban unos rondos, ante el estupor de los automovilistas que paraban a echar gasolina.

De nuevo en carretera y ya sin problemas hasta llegar a la localidad de Villalba, eso sí, con cerca de dos horas de retraso. En la localidad madrileña, los servicios técnicos pusieron la «saeta azul» en perfectas condiciones y los expedicionarios pudieron llegar, aunque con bastante retraso, a Albacete para realizar un ligero entrenamiento, más que nada, para estirar las piernas.

Carrasco, tras unos minutos de calentamiento, realizó una serie de ejercicios con el balón y posteriormente los jugadores ensayaron disparos a portería. El técnico oviedista mantuvo conversaciones con Meijide y Bravo, así como con Sergio Villanueva y Pacheta, y éste con Cervero, quizá para explicarles lo que quiere de ellos hoy, a partir de las seis de la tarde, en el municipal caravaqueño.

Tras el entrenamiento, la expedición oviedista se subió de nuevo al autocar, con destino a Murcia, donde ha montado el cuartel general. Cena, un paseo para bajar los alimentos y la cama, porque el conjunto oviedista se juega la mitad de la temporada ante el Caravaca. Carrasco tiene pensado realizar una suave sesión de entrenamiento a primera hora de la mañana, cuando aprovechará para dar los últimos consejos a los suyos.

La importancia de lo que se juega el conjunto azul en el envite se nota en que desde el máximo accionista, Alberto González, hasta el consejero, Ataúlfo Valdés; el asesor deportivo, Mata, y el director deportivo, Ismael Díaz Galán, hayan viajado con el equipo y presenciasen en directo la sesión preparatoria celebrada en las instalaciones del Albacete, que gentilmente se las dejó a los oviedistas. Más de uno pensó que bien les vendrían ellos dichas instalaciones pues son la envidia de muchos equipos de superior categoría.

La plantilla está concienciada de lo mucho que se juega en los noventa minutos de hoy, y aunque resta el encuentro de vuelta en el municipal ovetense, los jugadores quieren dejar bien encarrilada la eliminatoria, además de no defraudar a los numerosos seguidores que se darán hoy cita en El Morao. Como viene siendo costumbre, Carrasco no quiso adelantar la alineación, aunque sigue manteniendo una duda tanto en el lateral derecho como en la banda izquierda. En un principio, el posible once titular podría estar integrado por: Aulestia, José Luis, Lucas Iglesias, Bravo, Lasarte, Curro, Mario Prieto, Sergio Villanueva, Pacheta, Jaime y Cervero. En caso de no jugar José Luis, su puesto lo ocuparía Lucas Iglesias, pasando Meijide al centro de la defensa, y en caso de que Jaime no saliese inicialmente, su puesto lo ocuparía bien Matías, o bien Armando.

El técnico oviedista sólo piensa en el triunfo. Para él, lo que no sea llevarse un resultado favorable sería una pequeña decepción. Por ello destaca que «tenemos que ganar, ganar y ganar. Un empate es una derrota para nosotros, aunque sea con goles».

Según Carrasco, «ésa es la mentalidad que tiene el grupo, y por ello afrontamos el choque ante el Caravaca como el siguiente partido de la competición liguera. Si tenemos que llegar al manejo de goles y demás cosas, significaría que no hemos estado a la altura de lo que nosotros tenemos».

La hora de la verdad ha llegado. Hoy no sirven disculpas, sino lograr un buen resultado.