Celso A. SANJULIÁN

Oviedo,

Días difíciles los que se viven en el Lacera Naranco de balonmano. El descenso de División de Honor B ha supuesto todo un mazazo, a lo que se añade la deuda de aproximadamente 100.000 euros que arrastra el club. Todo ello compromete seriamente la pervivencia de la entidad ovetense, donde ayer se conoció la marcha de su entrenador, Chechu Villaldea. El técnico, muy dolido por todo, carga las tintas sobre la actuación arbitral del pasado sábado, que califica de «determinante» en la pérdida de categoría.

Chechu, un técnico de prestigio que también es seleccionador nacional sub-21, nunca antes había recibido una decepción semejante a la que le proporcionó perder la promoción con el Maristas de Málaga. Transcurridas 48 horas desde la derrota de Vallobín (32-35), tiene claro que «influyeron, y mucho, las decisiones de los árbitros», a lo que añade que «fueron determinantes, con una actuación totalmente descarada en contra nuestra».

Las diez exclusiones en sus filas las califica de «una exageración», máxime porque «en un partido muy intenso, ellos sólo tuvieron cuatro».

Chechu rompe además una lanza en favor de sus jugadores, de los que dice que «pueden ir con la cabeza bien alta, porque lucharon hasta la extenuación pese a toda la problemática que rodea al club». Añade que «hemos caído en una promoción a cara y cruz, y yo estoy satisfecho de su comportamiento».

También destaca el técnico el apoyo de la afición, de la que valora «que respondiese al llamamiento para estar al lado del equipo en un partido decisivo, el que podríamos llamar el partido del año; por ellos siento especialmente el descenso, y espero que sigan apoyando al balonmano, para que Oviedo, aunque no sé cuándo, vuelva a contar con un equipo por lo menos en la División de Honor B».

Al hilo de ese futuro del club, el entrenador comentó que «es una pena lo que está pasando con el Lacera, ya que el riesgo de desaparición es una amenaza cierta. Pude enterarme de que, aunque hubiésemos ganado la promoción, la idea de los dirigentes era vender la plaza en División de Honor B para pagar las tres últimas mensualidades a la plantilla».

Acerca de su propio futuro, Chechu avanzó que «aquí no voy a seguir, es una decisión que ya está tomada. Hay que comprender mi marcha, pues sería absurdo seguir en un sitio donde no cobro». Donde sí continúa es en el puesto de seleccionador nacional sub-21, tarea en la que se volcará desde mediados de junio ya que el próximo verano se juega el Europeo de Rumanía.