Gijón, J. E. CIMA

Carlos Barredo (Gijón, 1981) y Luis Pasamontes (Cangas del Narcea, 1979) llevan diecinueve días en el Tour de Francia desesperados buscando una escapada triunfal que no logran. Ayer lo volvió a intentar sin éxito el gijonés, y hoy, camino del Mont Ventoux, tienen la última oportunidad, porque mañana en el final de París los sprinters no dejan esa gloria; pero tanto el debutante, Pasamontes, como el experimentado, Barredo, están contentos de su actuación, en la que unos días debieron trabajar para sus sprinters o gente de la general del Quick Step o Caisse d'Epargne y otros, desgastarse mucho por intentar sin éxito alcanzar la fuga buena.

«Nos falta un poco de suerte o también olfato para estar en la escapada del día y cuando lo logramos, luego no fructifica», comenta Barredo (Quick Step). «Aquí es más difícil coger una fuga, porque hay mucha calidad entre los participantes y todos llegan en forma. No la puedes seleccionar como en otras carreras, que la buscas o provocas tú porque dependes de otros muchos ciclistas que tienen las mismas intenciones y no sabes cuál va a ser la escapada buena», señala Pasamontes (Caisse d'Epargne).

Carlos Barredo tiene claro que «llegué a este Tour con mucha ilusión y con buenas sensaciones los primeros días, pero esperaba para la segunda y tercera semanas probar con la fuga. Sólo que hace tres días me levanté con dolores de anginas, dormí mal y mermó mi rendimiento. Ahora, tras el buen tratamiento del doctor Manuel Rodríguez, ya me siento mejor, e incluso me metí en la fuga buena camino de Le Grand Bornard, y ahora en esta de Aubenas, pero fueron días equivocados, porque se arrancó la moto por detrás entre los grandes o persiguieron los equipos de sprinters. En momentos llegué a tomar la cabeza por coraje, pero al venir Contador y los hermanos Schleck nos cogieron y pasaron».

Pasamontes señala que «a veces haces dos horas en cabeza entrando a los cortes y quemando muchas reservas, pero cuando se hace la escapada buena no entras. Esta carrera es diferente y más complicada que el Giro y la Vuelta, por el alto ritmo y porque todos buscan una victoria. Lo bueno para mí es cumplir este sueño de estar en el Tour, y espero seguir haciéndolo más veces, porque significará que estoy en grandes equipos. Hubo unos días en que estuve fuertemente afectado por un golpe con un manillar en la zona lumbar debido a una caída, cuando se retiró mi compañero Rui Costa, pero me recuperé».

Los días de trabajo oscuro también fueron numerosos para los dos asturianos. Pasamontes dice que «unas veces para el sprint de Rojas y otras para la general, con Pereiro y Luis León. Quedo contento de mí labor, pero me falta mi fuga, que aunque a veces las cogí, luego no resultaron. Habrá que volver a intentarlo». Barredo añade que «hice labor para el sprinter Boonen y también para otros como Chavanel, pero nos hace falta ganar etapas».

También coinciden los dos corredores del Principado en que el líder y virtual triunfador, Alberto Contador, «es el más fuerte de la carrera, y lo demostró de principio a fin». Barredo también asegura que «Alberto lleva la carrera muy controlada, como su equipo, el Astana, y salvo un accidente, volverá a ganar. Esa polémica entre él y Armstrong la veo más creada por los medios, porque en carrera se ven detalles de trabajo de equipo. Lo de Armstrong con 38 años y tres sin correr tiene gran mérito, porque no es fácil responder así».

Pasamontes manifiesta que «Contador es muy superior al resto de adversarios o compañeros. Tiene la carrera decidida, lo demuestra cada poco en los momentos clave y tiene gas para el Ventoux aunque corra de forma conservadora. Lo que si se ve es una guerra entre Alberto y Lance siendo compañeros de equipo».