Oviedo, Á. F.

«En todos los países se protege mucho más el salmón atlántico que aquí». La reflexión, genérica, es de Juan Delibes, biólogo y director del canal temático «Caza y pesca». «En Rusia», concreta, «la mayoría de la pesca es sin muerte. He estado hace poco en Quebec, Canadá, en los ríos salmoneros más bonitos del mundo y se pesca sin muerte hasta junio. Pero en cada río hay normas diferentes, eso indica que está gestionado al milímetro, con mucho rigor».

Delibes aboga por medidas conservacionistas frente a lo que considera «un sector duro, reducido y de argumentos pueriles que insiste en culpar a la nutria y el cormorán». El biólogo detecta cada vez más pescadores dispuestos a prohibir la pesca durante el tiempo necesario para recuperar la especie, aunque su opinión es que se debería actuar antes de llegar al extremo de la veda. «Si no hay salmones habrá que cortar por algún sitio. Donde hay abundancia, en Alaska, permiten hasta robarlos, engancharlos por la piel, que aquí está prohibido. Pero si hay pocos, las normas deben ser restrictivas. Si tenemos cuatro salmones habrá que intentar no matarlos. Es un animal escasísimo que viene a reproducirse y no le dejamos, le damos el estacazo justo antes, cuando en la mayoría de países está prohibido matar ejemplares de más de cinco kilos».