Oviedo, José PALACIO

-El actual presidente del Oviedo, Dámaso Bances, mantiene que usted no tiene autoridad moral para juzgar al actual consejo de administración...

-Tratar de llevar el debate al tema personal es una equivocación. Lo único que yo critico son hechos y creo que hay que insistir en el debate económico. No se pueden hacer unos presupuestos con unos déficits tremendos porque, como pasaría en cualquier empresa, eso lleva a la desaparición. Si se gasta más de lo que se ingresa, las salidas son muy pocas. Deberían reflexionar y ver si, efectivamente, existen posibilidades reales de reducir el gasto. Ahora, si el debate es la capacidad moral, estoy dispuesto a confrontarla con cada uno de los miembros del actual consejo, no tengo ningún inconveniente.

-¿Usted cree que el club puede reducir sus gastos?

-Sí. El Oviedo está gastando actualmente con una alegría que no se corresponde con el nivel que tiene de ingresos. En ese sentido, creo que yo tengo experiencia. En los dos años que estuve en el club, se gastó menos de la mitad de lo que gastaron ellos y al final se consiguió el mismo objetivo, el ascenso a Segunda B. El Oviedo debe asumir que está en una economía de guerra y hasta que lo reconozca no se empezarán a poner soluciones.

-Una de las críticas que se le hacen al consejo es haber prescindido de gente que apoyó al club de manera altruista en los momentos más difíciles.

-Esa política la empezó el consejo que presidió Juan Mesa y la terminó éste. Es algo que puede resultar explicable, siempre que se le pidan rendimientos a las personas que cobran del club. No obstante, ese no es el debate. De lo que se trata es de que den cuenta del desmesurado gasto que se está haciendo y no han explicado nada. Un ejemplo es la compra del autobús. Dijeron que ahorraban dinero con ella, pero nunca aportaron las pruebas. Yo no me lo creo y, si es así, que lo demuestren.

-¿Considera que el club corre peligro de desaparición?

-Deportivamente, con una masa social de 13.000 socios, el Oviedo no va a desaparecer nunca, pero, por razones económicas, corre un grave riesgo. Ya estuvo a punto en 2003, cuando la deuda era de 42 millones de euros, y se salvó. Milagros sólo existen una vez en la vida y no se pueden volver a cometer los errores que nos llevaron a aquella situación.

-¿Estima que existe una fractura social entre el consejo y la afición?

-Es evidente. Cuando este consejo tomó posesión y, tras proponer a Toni Fidalgo como presidente, la afición le recibió con aplausos, pero eso se ha transformado en críticas. Ellos sabrán las causas.

-Usted dice que se está incumpliendo el convenio de acreedores. ¿En qué se basa?

-El convenio, además de las obligaciones con Hacienda y la Seguridad Social, también las contempla con los acreedores. Se formó una comisión, formada por varias personas, que tiene la obligación de reunirse anualmente para comprobar y verificar los derechos de los acreedores, y nunca se ha convocado.

-¿Puede haber consecuencias ?

-Puede dar pie a que algún acreedor lo exija y en ese mismo momento vendrán las consecuencias del incumplimiento.

-¿Qué opina de la gestión deportiva?

-De esa parcela no comento nada.

-¿Ve alguna posibilidad de cambio?

-Es difícil. Lo peor de todo es que no tienen intención de escuchar. En lugar de reflexionar, cuando alguien les dice que están haciendo las cosas mal, su único argumento es descalificar a los que hacen las críticas.

-¿Cómo ve la posición del Ayuntamiento?

-Es muy significativo su cambio de postura. Del apoyo incondicional se ha pasado a la abstención en la junta. Es un aviso a navegantes, ya que se están dando cuenta de que por ese camino no vamos a ninguna parte.