Miércoles de ocio en el circuito de Albert Park. Tarde en una pista sin coches para repasar los planes diseñados desde las fábricas en Europa y dar un primer vistazo al circuito de Melbourne, junto al espectacular distrito de Santa Kilda, que ofrece su playa a los madrugadores de la Fórmula 1, todavía sin el pleno en su lista de ocupaciones. Fernando Alonso estrenó ayer su liderato del Mundial. Visita de cortesía al equipo, ajustes de agenda con los ingenieros… en fin, comprobar que todo va como es debido después de una semana lejos del mundo de Ferrari.

También en tareas de representación, pero sin un resultado tan plácido, el escocés Paul di Resta se llevó un buen susto. Di Resta se estrenará mañana como probador de Force India y pilotará el coche de Sutil en la primera sesión libre. Cumplía en la playa de Santa Kilda con un acto del equipo, presentación en sociedad del nuevo fichaje, cuando un tiburón de casi dos metros decidió interrumpir las entrevistas y sembrar cierta inquietud. «Era lo suficientemente grande como para preocuparse por él», reconoció el piloto todavía con el susto en el cuerpo.

Todavía hoy se espera a los últimos técnicos de los equipos antes de la segunda carrera de la temporada. Llega Ferrari henchida de orgullo con su flamante doble liderato gracias al dominio de Alonso y Massa en Bahrein. Pero no se han dormido en Maranello ante la cascada de elogios y el trabajo estos días ha sido intenso. Aunque el monoplaza quedó listo en Bahrein, desde donde viajó directo a Melbourne, en la fábrica trabajaron para conseguir ligeras mejoras, muy importantes cuando las cosas están tan igualadas entre los punteros.

Ha sido intensa también la labor de rastreo para los problemas de refrigeración que tuvieron los motores de la escudería italiana en el estreno del Mundial. Los dos pilotos sufrieron el primer cambio de la temporada (disponen de 8 motores para todo el año), aunque podrán usar las unidades para las sesiones libres de los viernes, al no haberse roto sin remedio.

En Ferrari se mira con recelo la carrera de este fin de semana. Es cierto que el F10 no tiene nada que ver con el coche de hace un año, pero es que la casa italiana lleva dos temporadas sin puntuar en Australia.

Es más, Raikkonen y Massa fueron incapaces de terminar ninguna de las dos pruebas. En 2009, un fallo hidráulico dejó fuera al brasileño a media carrera y su compañero tuvo que ceder a tres vueltas de la meta por problemas en el diferencial.

Muy parecido fue lo de 2008, cuando Massa lo tuvo que dejar en la vuelta 29 por los daños tras una colisión con Coulthard que arrastró cierta polémica entre los dos pilotos.

Alonso contrapone su buena estrella en Melbourne al atolladero de Ferrari. El asturiano solamente ganó en 2006, pero siempre ha podido terminar, desde su debut (11º) con el Minardi de 2001. Se aseguró los podios entre 2004 y 2007 y en las temporadas de la vuelta a Renault fue cuarto (2008) y quinto (2009), lo que no está nada mal para el rendimiento que ofrecían el R28 y el R29. Un mérito importante para un circuito que suele reservar sorpresas.

La cercanía de los muros, una pista resbaladiza y muy dura con los frenos y el motor, la convierten en lugar habitual de abandonos, coches de seguridad e incidentes de carrera. El año pasado hubo 8 pilotos que no llegaron y el anterior solamente acabaron ¡6 coches! e incluso Bourdais y Raikkonen puntuaron sin haber terminado. De ahí que se espera en Ferrari que el asturiano ejerza como talismán para romper la mala racha de los dos últimos ejercicios de la casa italiana en este circuito.