La vida es cruel y dura y cuando Santi Pérez está reverdeciendo laureles como ganar la Subida al Naranco y ya estaba en el podio de la Vuelta y con opciones de optar al peldaño más alto, tuvo que sacrificarse por un compañero y además amigo como Zaballa.

Los corredores del Café Colombia estaban eufóricos por dominar y ganar con el dúo en el Acebo y creyeron que iba a ser fácil mantener de líder a Fabio Duarte en la etapa reina.

Ese exceso de confianza les enterró porque no supieron llevar la carrera tranquila ya desde la primera fuga de Niemiec, en la que llevaban de vigilante y puente a Laverde para obligar a otros a perseguir, y encima les anularon ellos. Y cuando después camino de Somiedo también persiguieron con saña a Niemiec, unos astutos Santi Pérez y Zaballa planificaron un voraz ataque en el descenso que cogió a los «escarabajos» en fuera de juego y como encima estaban ya fatigados dejaron solo al líder en el momento crucial de San Lorenzo.

Una vez cruzado el alto, ahí tenía Santi todas las cartas para contraatacar a Duarte, pero como se le adelantó Zaballa tuvo el señorío no sólo de aguantarse a rueda, sino encima de hacer de freno. Todo un caballero.