Vencedor de la ronda internacional asturiana

Oviedo, J. E. CIMA

Tino Zaballa (Udías, 1978) vive horas felices por dar la vuelta a la tortilla en la clasificación de la Vuelta a Asturias y ganarla con su escapada triunfal en Oviedo, el domingo, con la que culminó una gran semana ciclista en Asturias. Este cántabro de 32 años elogia el buen tándem que hicieron Santi Pérez y él para destronar al colombiano Fabio Duarte, que es un joya con mucho futuro, pero que pecó de inexperiencia y pagó además la forma en la que trabajó su equipo.

-¿Esperaba este triunfo?

-Quería ser protagonista porque me había entrenado mucho en casa para esta carrera y sabía que la última etapa podía dar sorpresas por su dureza porque la vine a ver con Santi Pérez. Ganar es muy difícil, pero al final tuve suerte de poder llevarme la etapa y la vuelta con una escapada a lo campeón.

-¿Cómo prepararon la ofensiva en el descenso de Somiedo?

-Con Santi Pérez y dos compañeros más decidimos atacar bajando, pero sinceramente la idea era distanciar a Javi Moreno e Intxausti para que llegaran forzados a San Lorenzo. Pero al inicio de este puerto el líder Duarte se quedó sin sus compañeros colombianos y al atacarle puso además un ritmo tan fuerte que distanció definitivamente el tener ayuda de sus compañeros cuando hubo reagrupamiento para que le apoyaran.

-¿No está de acuerdo con la táctica de los colombianos?

-No. Estuvieron muy fuertes en el Acebo y dominaron. Si en la etapa final se hubieran movido de otra forma, como mínimo hubiesen vendido más cara la derrota. Gracias a Dios ellos corrieron así y me beneficié.

-Explíquese más claro.

-Si hablo de los ciclistas más brillante fueron los colombianos y en especial su jefe Duarte, porque fue el más fuerte en montaña. Es una perla y también muy joven y con esa inexperiencia al final fue el más perjudicado. Así que también me decepcionó porque la Vuelta la podía tener ganada de haber corrido de otra forma.

-Usted les tendió una buena trampa con la fuga de lejos.

-En principio bajando San Lorenzo se habló de los cinco colaborar unidos, pero algunos quieren ganar sin recibir viento en la cara. Así que avisé a Santi de que iba a atacar porque estaba más retrasado (1-44) y que se aprovechara de ir a rueda para contraatacar si me anulaban. No hizo falta porque rodé bien en mi terreno y rápido cogí ventaja. A Santi no le hubieran dejado moverse porque estaba vigilado.

-¿Cuál fue el momento más duro de la fuga?

-En la terrible subida a Tenebredo, porque hubo 2 kilómetros más de ascensión que cuando la fui a reconocer con Santi y Sobrino. Se me atragantó eso. También llegando a Oviedo, porque pegaba mucho viento en contra. Pero ganar la etapa y encima la Vuelta me compensó de tanto sufrimiento. Fue un premio a mis duros entrenamientos y dio felicidad a toda la familia. Mi mujer, Laura, y mi hija, Adriana, me siguieron las etapas desde nuestra autocaravana.

-Dentro de 10 días cumple 32 años. ¿Cuánto más seguirá?

-Demostré que me preparo bien y me cuido y así te llega la recompensa del triunfo. Después de pasarlo mal, ahora disfruto y me queda mucho ciclismo en las piernas.

-Se refiere a la Operación Puerto donde le implicaron.

-Aparecí en aquellos papeles y me apartaron cuando no debía ser así. Seguimos andando como siempre, las 24 horas controlados, pero verte fuera de los grandes equipos y carreras es duro. Psicológicamente si hacen un estudio del daño que nos hizo es muy grande por el trato recibido. Hasta que llega un día que te dices si arrojas la toalla y a otra cosa o sigues trabajando al cien por ciento. Ahí decidí que seguiría corriendo porque me gusta esta profesión y el chiringuito del ciclismo está así montado porque por el dinero que gano ya sería hora de dejarlo.