Gijón, Nacho AZPARREN

Inmerso en la vorágine de las jornadas decisivas de la Liga, el fútbol también tiene tiempo para los sentimientos. El de la gratitud, en este caso. El decisivo encuentro de El Molinón podría suponer la última actuación en Gijón con la zamarra rojiblanca de hasta siete futbolistas que el próximo 30 de junio quedarán desvinculados del Sporting, muchos de ellos piezas capitales en los recientes éxitos deportivos de la entidad. Sastre, Pedro, Kike Mateo, Gerard y Diego Camacho finalizan su relación contractual el próximo 30 de junio, mientras que Botía y Lola terminan su cesión al club rojiblanco.

La dirección deportiva del club ha preferido esperar a que se resuelva definitivamente la permanencia en Primera antes de plantear posibles renovaciones, aunque alguna de las negociaciones se antoja complicada. Tal es el caso de Kike Mateo. El murciano, tras 78 partidos como sportinguista y convertirse factor capital del ascenso a Primera, ya ha dado órdenes a su representante de que le busque destino para la próxima campaña, al no haber recibido oferta de renovación alguna.

La situación parece diferente para el capitán, Rafa Sastre. El balear se encuentra en una situación similar a la de Kike Mateo, pero en su caso el club parece contar con él otro año más. Sastre, con 210 partidos tras nueve temporadas, ya ha manifestado en varias ocasiones que desconoce el supuesto interés del Sporting en renovarle y no descarta ninguna posibilidad. El misterio rodea también la situación de Diego Camacho. El madrileño comenzó la temporada en un segundo plano, pero la salida de Míchel le ha devuelto el protagonismo hasta alcanzar los 22 encuentros esta campaña. La falta de efectivos en el centro del campo podría ser una baza a favor de su continuidad. Más difícil parece la renovación de Pedro y Gerard, con un papel secundario durante todo el año. Los 89 partidos del gijonés y los 70 del catalán en los últimos años no les han servido esta temporada para convencer a Preciado. Pedro acumula cuatro partidos, mientras que Gerard ha jugado en otros ocho. Ambos tienen complicado disfrutar de oportunidades este sábado.

La situación de los dos cedidos es diferente. Botía debe regresar al Barcelona, pero desde el club se harán todos los esfuerzos posibles por prorrogar un año más la cesión. El jugador ve con buenos ojos la operación y sólo falta el acuerdo entre clubes. Lola, por su parte, parece que volverá al Espanyol. La elevada cláusula de tres millones de euros para ser traspasado hace difícil su contratación.